4. Identidad

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*Prompt: Ultrasonido

Cap. 4 Identidad

Pasaron pocos meses desde ese día, la vez en donde Peter les reveló a todos, accidentalmente, que ambos estaban esperando un bebé. Desde luego, hubo bastantes opiniones mixtas al respecto, desde "¿Tony, un doncel?" hasta "¿No se supone que Peter era un doncel?", y ciertamente, no le extrañaron. A fin de cuentas, era de esperar que hubiese más incredulidad entre ellos que otra cosa, pero a eso el joven arácnido le tenía sin mucho cuidado, no iba a compartir los detalles de su intimidad con otra gente, muchas gracias.

Y es que la verdad, aunque Peter no lo admitiera, el proceso de su concepción no entraba precisamente en la categoría de normal o usual. Dentro de su universo, los donceles tenían hormonas y rasgos únicos que los distinguía de entre el resto de los mortales. Uno de ellos era el poder leer pensamientos superficiales de su pareja una vez después finalizaran su vínculo, la unión de sus cuerpo y almas. La unión entre un doncel y un humano llevaba siglos y siglos practicándose, era como un ying-yang, un equilibrio. Tener un doncel en la familia implicaba cuidar a ese hombre más de la cuenta, puesto que el género que predominaba en la raza doncel era masculino, se podían ver milagros de cómo a un hombre le crecía la barriga y a los ocho meses o menos, ser capaz de producir el milagro de la vida: concebir un hijo y traerlo a la luz.

Por supuesto, si el doncel tenía una complexión delicada, era avanzado de edad o sufría problemas serios de la salud, era más probable que el doncel muriera dando a luz. Ocasionando que la nueva vida se muriera con él o al menos tuviera el chance de sobrevivir. El parto de un doncel era un proceso sumamente doloroso y angustiante, ya que sentía que una gran parte vital de su energía se transmitía a la pequeña criatura. Si dicha criatura absorbe más energía de la cuenta, entonces el doncel podía correr el gran riesgo de fallecer durante el parto.

Había muchos detalles a tener en cuenta, muchas variantes, y debido a ello, es que a Peter no le pareció muy buena idea desde el principio que Tony fuera el gestante. Realmente temblaba de miedo ante la mera idea de que Tony corriera algún riesgo, o que le pasara algo durante el parto. Y si eso pasaba, Peter en verdad no se lo perdonaría. Jamás.

Sin embargo, aquella noche Tony se le había insinuado y había pasado la mayor parte de ese día convenciéndole que eso era lo que quería, que necesitaba esto, necesitaba la experiencia, sentir esa clase de conexión con su futuro hijo para así entonces hacer las cosas bien. Tony se encontraba aterrado de repetir la misma historia, los mismos errores con su hijo y por ende, quería romper el ciclo y hacer algo distinto. Porque alguien tenía que empezar, alguien tenía que hacerlo.

Y así también, los Vengadores mostraron a su manera su apoyo: apenas se enteraron de su condición actual, dejaron de asignarle a Tony misiones peligrosas, dejaron de llamarlo para emergencias, dejaron incluso de conversar con él sobre situaciones que involucraran alguna clase de riesgo. Cosa que al hombre de hierro le emputaba bastante, porque el hecho de que pudiera ser capaz de concebir hijos no les daba el derecho de tratarlo ahora como si fuera de cristal. Justamente fue una de las cosas por las cuáles no quería comentarles nada, por las que prefirió quedarse en silencio durante años.

Peter, en verdad, no lo culpaba.

Pero sabía que el equipo tenía razón. Durante los próximos meses, la seguridad de Tony era lo que más importaba primero. Las chicas de pronto comenzaron a tratar a Tony también con más delicadeza que la necesaria, mostrándole apoyo, paciencia y buenos consejos. Miraban de cerca como el vientre de Tony se empezaba a agrandar, adquiriendo su forma particular cuando se estaba encinta. Miraban a Tony como si fuera un milagro andante, ya que antes nunca habían podido estar en presencia de un doncel antes. Ya que su origen y atributos rayaban en lo privado y difícil de mostrar: no todos los donceles gritaban que eran donceles. Y no por cuestiones de vergüenza ante su propia raza, sino porque lamentablemente muchas personas usaban a los donceles como una máquina de simple placer y procreación. Más de un doncel tenía el trauma constante de evitar amar a alguien porque no era la primera vez que un humano se aprovechaba del amor de un doncel para explotarlo sexualmente.

Y como ambos compartían la misma identidad, ser donceles, suponían que sería una preocupación menos para ambos. Peter quería sentirse así, y solo podía esperar que Tony estuviera lo más cómodo posible durante su embarazo.

***

Se estremeció al sentir como el líquido baboso hacía contacto con su piel. Luego, sintió como la doctora movía el aparato a lo largo de su vientre y ambos padres contemplaron en silencio y maravillados lo que se mostraba en la pantalla.

Era de esas rutinas y chequeos que tenía cada mes, y como a Tony le costaba caminar con el peso extra, le pagaban a la doctora para que les hiciera la visita a domicilio, con todo lo necesario para el ultrasonido. Ya estaba a punto de cumplir el sexto mes y la criatura nada que revelaba su género.

Por supuesto, dicha situación a Tony le generaba ansiedad, ya que el tiempo pasaba rápido, en menos de 4 meses daría a luz y necesitaba saber cuánto antes cómo llamar a su primer hijo. Necesitaba un nombre, una identidad, dios y todavía no han comprado las cosas del bebé, no se habían decidido por el color de la habitación... había tanto pendiente por hacer y sólo esperaba que este fuera el último ultrasonido que tendrían para siquiera conocer cuál será el género de su hija o hijo. Aunque por una parte se alegraba que al menos el feto se encontrara sano y saludable. Y más le valía estar así, porque desde que Peter se enteró de su condición, prácticamente usaba su tono de voz de macho alfa y hacía de testigo para saber lo que comía, a qué hora comía, cuándo Tony dormía...

Ya Tony no estaba seguro sobre quién sería el padre más sobreprotector. Si Peter o él.

La doctora hizo un sonido de aprobación y Tony, ansioso por saber los resultados, apretó la mano que tenía como soporte.

Peter le devolvió el apretón, mirándole con cariño. —Aquí estoy, amor.

—Felicidades, Sr. Stark, Sr. Parker. Finalmente lo sabemos, hoy es día de celebración. Permítanme un momento para imprimirles la foto y las nuevas vitaminas que necesita. Recuerde que si sufre de alguna molestia, no duden en llamarme. —Dijo la doctora, y los oídos de Tony comenzaron a zumbar desde que ella dijo la palabra "felicidades", con cierto cuidado, dejó que Peter le terminara de secar el vientre y luego lo cubrió con su sweater, estaban en épocas de lluvia últimamente.

Se dejó ayudar por Peter y ambos caminaron con cuidado hasta el sofá, esperando con ansias los resultados.

—Aquí tienen. Muchas felicidades, me contenta muchísimo por ustedes. —Sonrió la doctora, mientras les entregaba a ambos una hoja y la tan esperada foto.

La pareja despidió distraídamente a la mujer, mientras que ambos se acercaron a contemplar con fascinado asombro el resultado final.

Su futuro hijo: Una niña.

Era una niña.

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*Notas de autora: Ahora sí, mañana continuaremos la historia justo donde quedó el prólogo, con la llegada de Kim a este mundo, y como el Starker reaccionará ante su llegada. ¡No se lo pierdan!~

Moments (Starker family fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora