24. Práctico

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Prompt: Cojín de lactancia


La hora de comer había llegado, y Tony, ya más descansado y en calma luego de su siesta, sonrió al ver como Peter arrullaba a su bebé, tratándola de dormir.

Tony se acomodó un poco su bata, Peter, sintiendo su llegada, le sonrió de lejos y entonces, el mayor se disponía a caminar hacia donde estaban. Sin embargo, fue momentáneamente interrumpido por Arsenal, que se encontraba ayudando en los quehaceres del lugar.

—Su desayuno está listo y servido en la mesa, Señor.

—No, no. Está bien, yo... —Intentó excusarse Tony, sentía la prioridad de alimentar a su niña primero.

Aunque Peter ya se estaba oponiendo a su idea. —Tony, nuestra hija está bien, no está llorando, ¿ves? Anda, a comer. —Le animó, causando que la niña emitiera un sonido por el movimiento, aunque no pasó más de allí.

Stark se rascó un poco el cuello. —Pero Peter, yo...

El doncel joven, no conocido por ser muy paciente cuando se trataba de la necedad de sus seres queridos, le enarcó una ceja, enfatizando su tono apremiante. —Anthony... A comer, amor.

Sin más remedio, solo pudo suspirar y dirigirse con paso desganado a la mesa. No era muy aficionado de escuchar su nombre completo, incluso era inevitable que dicha acción le recordara aquellos días en los que salía con Pepper y pensaba tener algo serio con ella. Ahora, se lo toleraba únicamente a Peter por el hecho de que lo amaba, y aun así, cuando Peter mezclaba aquél tonito de voz junto con su verdadero nombre, Tony sabía que esto significaba problemas. Que la había cagado, que algo había hecho mal, que era... su culpa.

Y Tony Stark odiaba sentirse así.

Incluso aunque fuera verdad, lo odiaba.

Sabía que Peter únicamente quería su bienestar, pero a veces había ocasiones en donde... aquella magia que tenían parecía evaporarse, por un breve momento, y entonces era cuando Tony podía ver las cosas con claridad.

Y la realidad a veces podía ser muy abrumadora: Ya no podía pensar únicamente para sí mismo, era un doncel que había cumplido con su propósito inicial, ser capaz de concebir a una criatura.

A veces sentía que... se había precipitado mucho con Peter. Que en cierta manera, habían hecho las cosas mal. Él había pedido a consciencia que Peter le preñara, porque lo amaba, y nada podía cambiar eso. Pero Tony también fue consciente que dicha acción también le podía llevar directamente hacia la muerte.

Y a pesar de saberlo, que desde el principio existió la posibilidad de que su hija fuera la única sobreviviente de la situación o que incluso, perdiera la vida junto con él, Tony quiso arriesgarse.

Y saltó al vacío.

Una parte de él, la más negativa, había contado con que no iba a sobrevivir al parto. Esa parte de él, si pudiera identificarla con un color, Tony sin duda escogería uno oscuro. Tal vez azul, un naranja o sencillamente, el clásico negro. Y dicha parte oscura había convivido junto a él durante la mayor parte del embarazo.

Cuando Tony despertó y se encontró en la cama de aquella clínica, con su vientre poco a poco desinflándose y no sintiendo vida dentro de él, confirmó más que nunca que no se trataba de un sueño: contra pronóstico, siendo preñado de otro propio doncel, algo que sin duda no era muy común dentro de lo que conocían, Tony Stark pudo sobrevivir.

Y no sólo él, sino también su pequeña.

Su pequeña linda Morgan.

Y de esa manera, al ver como el amor de su vida pasaba un rato agradable con su pequeña, Tony, al enternecerse con esa visión, fue que pudo respirar tranquilo y sentarse a comer en la mesa, como no lo había hecho ya por varias horas.

A veces olvidaba cuidar de sí mismo. A fin de cuentas, después de tantos años, se había convertido en una costumbre ya. En algo que ya formaba parte de él.

Mas sabía que él mismo sólo era un doncel humano, que si bien, era más longevo y que con el paso de los años seguiría conservando gran parte de su buena apariencia, por medio de su condición especial, al final del día seguía siendo sólo eso: un humano.

Y Peter no.

Y eso era una de las cosas que a Tony más le preocupaban.

Porque tenía ese temor de que, una vez cumplido ya su propósito, Peter se...aburriría de él.

Que por el hecho de tener un matrimonio ya en puertas, de tener una niña en sus brazos, Peter se diera cuenta de todo lo que estaba perdiendo, de todo lo que estaba renunciando, sus años de juventud y fiestas, sus necesarios años para experimentar y salir del mundo. Se perdería todo eso, solo por... estar con un hombre mayor.

A Tony le mataba la idea de que un día Peter se despertara y decidiera dejarlo. Y aunque ambos habían hablado con énfasis de su relación y de que siempre estarían juntos, sus dudas... para bien o para mal, Tony sentía que sus dudas iniciales siempre estarían allí.

Entonces, no sabía qué hacer con ello.

Así que de momento, Tony, para no preocupar más a nadie de momento, agarró la cuchara y empezó a comer. 

*** 

—Y luego Vivi me dijo que no era necesario estar bañando cada día a mis gemelos si podía evitarlo, que para eso eran las toallitas húmedas y el talco, pero ¿sabes qué fue lo que le dije? —Inquirió Wanda emocionada, en una de sus visitas rutinarias del doncel, como un gesto de apoyo y solidaridad hacia alguien que hace poco había dado a luz. Justamente Wanda estaba haciendo lo que nadie había hecho por ella durante su embarazo, y eso le sentaba bien.

Sentía que de cierta manera, al ayudar a Tony, aquella angustia que vivía dentro de ella podía disiparse poco a poco.

Tony negó, para que pudiera continuar. Aunque mientras amamantaba, comenzaba a dolerle la espalda. Y Wanda pareció notar eso, porque le preguntó:

—¿Aún no has usado el cojín que te recomendé? Vamos, si no lo usas, tu espalda te lo recordará de por vida. Tony, es muy importante tu postura cuando alimentas a Morgan.

El doncel suspiró, porque parecía no ganar ni una. Si no era Peter quien le sermoneaba, entonces era Wanda. Ya de entre ambas opciones, no sabía cuál era peor.

—Vale, búscalo entonces. Está en el cuarto de la niña.

Y no bastó que se lo dijeran dos veces.

Una vez buscado su objetivo, Wanda, complacida, acomodó a la bebé en el cojín y se la pasó a Tony.

El doncel miró curioso este cambio.

—Esto se siente... raro.

—Ah, pero este cojín será como tu mejor amigo durante los primeros meses. ¿Sientes ahora como el peso que cargabas disminuye? Aparte que la idea es que también te sientas en la posición correcta. Anda, ahora dale de comer y me dices.

Tony le dirigió una mirada exasperada y luego parecía no encontrar sus palabras.

El cojín se sentía fantástico.

Ambos se dirigieron una cómplice mirada y siguieron charlando de trivialidades hasta la hora de la cena. 

Moments (Starker family fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora