XXXIII

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JENNIE

—Minho, querido. ¿Podrías untar mantequilla en el pan francés para empezar el pan de ajo?

—Claro que sí —Minho se coloca junto a mi madre en la isla de la cocina.

Sentada al otro lado, corto pepinos y tomates para la ensalada de nuestra cena del domingo. Nos hemos reunido cada dos semanas en familia para cenar.

Más de lo que hacíamos antes, pero es agradable. Aunque hacer la cena para todos nosotros estresa a mamá, se niega a que nos hagamos cargo o a que nos saltemos una semana para darle un respiro. Ella dijo que empezaron a reunirse más a menudo después de mi desaparición, y ahora que he vuelto, no hay forma de que mamá renuncie a este tiempo juntos.

—¡La diversión ha llegado! —Ella se desliza en la cocina con los brazos levantados, una botella de vino para mamá en una mano, una caja de cerveza para papá en la otra. Las ventajas de ser camarera, es el acceso ilimitado al alcohol.

—¿Dónde está Jisoo? —la mirada de mamá se mueve más allá del hombro de Ella.

—¿Cómo voy a saberlo? —Ella besa mi mejilla mientras deja el alcohol— Acabo de llegar.

—Pensé que iban a conducir juntas.

—Me abandonó en el último momento, dijo que tenía que hacer unos recados antes de poder venir.

Mamá deja de remover la salsa y mira por encima del hombro, con el rostro suavemente delineado por la edad.

—No me mencionó nada.

—Siento ser portadora de malas noticias, mamá, pero no te contamos todos los detalles de nuestras vidas.

—Bueno, si va a llegar tarde, lo menos que puede hacer es avisarme para que no se enfríe la cena esperándola.

Ella se inclina y me susurra al oído.

—Has extrañado esto, ¿verdad?

Me río. La verdad es que sí. Realmente son las cosas más extrañas las que echas de menos cuando crees que nunca volverás a tenerlas.

Los regaños de mamá y sus expectativas de puntualidad, aunque son molestos, son algunas de las cosas que la hacen ser quien es. Y yo echaba de menos todo lo relacionado con ella.

Ella, ¿qué tal si pones la mesa? Jisoo tendrá que comer espaguetis fríos.

—¿Por qué tendré que comer espaguetis fríos?

—Oh, Jisoo. Qué bien. Por fin estás aquí —ella señala los armarios con platos— Ayuda a Ella.

Al despejar su flequillo, Jisoo deja caer su bolso en el borde del mostrador.

—Mamá, llego como diez minutos tarde.

—Pero no me llamaste ni me enviaste un mensaje de texto. ¿Cómo iba a saber cuándo ibas a aparecer por fin? —mamá se gira para colar la pasta en el fregadero.

Jisoo pone los ojos en blanco a espaldas de mamá y le da a Ella un abrazo lateral antes de frotarme el hombro.

—Hola, hermanita.

Me inclino hacia ella.

—Me alegro de que lo hayas conseguido.

—Por supuesto. Sólo... tenía algunas cosas —mirando alrededor de la cocina, su mirada se posa en mi marido, y luego de nuevo a mí— ¿Qué puedo hacer para ayudar?

 tenía algunas cosas —mirando alrededor de la cocina, su mirada se posa en mi marido, y luego de nuevo a mí— ¿Qué puedo hacer para ayudar?

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Puppets † ᴊᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora