Cap 7

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Jack Jones

Tenía la sensación de que mi padre quería juntarnos a Mary y a mí con los hermanos "Spencer". Aun no sabía el porqué, pero quería que nos lleváramos bien por alguna razón. No sabía el verdadero apellido de ellos, ni sabía el verdadero nombre del hermano, solo sabía el de Mariam. Me sentía poderoso sabiendo eso. Me daba curiosidad que cambiaran de identidad, ¿por qué lo harían? Tal vez huían de algo. A lo mejor era por ser de otro país. No tenía ni idea de porqué era, pero era muy curioso. Lo acabaría descubriendo. Aunque Mariam me lo ponía muy difícil. Me encantaba fastidiarla de alguna manera. Porque se tensaba mucho, quería tenerlo todo bajo control a toda hora, en todo momento y yo no le dejaba hacer eso.

Cuando la veía desde mi ventana con ese camisón negro tan corto y marcado, no la hacía parecer nada inocente, si no malvada y encima fuera de mi alcance. Además, el temporal parecía que la acompañaba. Era como si ella perteneciese al invierno, a esa oscuridad en ausencia del Sol.
Todo eso lo vi en nuestra mirada intensa en el coche. Ahí nos pudimos leer mutuamente, hasta el fondo. Supongo que tenían razón al decir los ojos son el espejo del alma. Pero me seguían sin cuadrar muchas cosas. Si tanto control tenía sobre las cosas, ¿por qué no era feliz?

De alguna manera sabía que éramos iguales. Algo nos había marcado tanto de pequeños que nos había cambiado del todo. Mentir se había vuelto parte de nuestras vidas. Teniendo a todo el mundo bajo nuestro control, bajo manipulaciones. La diferencia era que ella lo negaba incluso habiendo sido descubierta, y yo no escondía mis intenciones. Yo era más directo, ella pensaba más las cosas y las meditaba sobre manera. Además teniéndola así de cerca pude ver mejor sus facciones. Realmente nunca me había parado a admirarla del todo, solamente me interesaba su persona, porque no era nada igual a lo que hubiera conocido. Pude ver que era muy hermosa, pero ya se sabe, cuánto más linda, más peligrosa.

Su peinado era el que estaba de moda, pero ella lo llevaba de una manera como si fuese suyo. Con tirabuzones hasta casi los hombros. De normal lo llevaba a un lado y con un sombrero o con un tocado. Sus ojos eran negros y muy profundos. Te atraían a ella a pesar de transmitir peligro. Tenía un brillo de diversión.
Sus labios, carnosos y siempre pintados de rojo fuerte transmitían pasión y una vez más, peligro. Tenía un pequeño lunar a un lado, que traía misterio y diversión. Y su figura... Era de media estatura, eso hacía que al llevar tacones pareciese una modelo. Tenía un cuerpo esbelto y proporcionado adecuadamente. En pocas palabras, era perfecta, perfecta para mí. Aunque era imposible que a alguien no le pareciera bella.

O sea que te gusta vaya.

Sí, y no me da miedo admitirlo. Me gusta, y mucho. Pero no me puedo fiar de ella, al menos no todavía.

Regresé a casa con mi hermana y los hermanos "Spencer". Mi padre iba a quedarse más tiempo en la oficina. Y si yo me ponía de copiloto cabíamos todos a la perfección en el coche. El chófer y yo íbamos delante y los hermanos y Mary iban detrás.

- Algún día os invitaremos a casa a cenar ¿verdad Jack? -me preguntó Mary con su típica voz dulce y alegre

- Por supuesto, aunque estarán liados con la mudanza -me giré levemente con media sonrisa y alcancé a ver a Mariam rodando los ojos

- Eso sería increíble ¿verdad Edith? -Edwin (o el que fuese su verdadero nombre) preguntó con énfasis la última palabra por alguna razón

- Por supuesto, aunque no querremos molestarlos -vi de reojo una sonrisa falsa

¿Me estás copiando? Si sigues así no sabes lo que haré...

Casi oía su respuesta:

No quiero nada tuyo.

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora