Cap 29

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Salvador, Berlín

Lo había pasado tan mal ahí encerrado. Me sentía débil y estafado. Mi salud mental si ya estaba mal de por sí, iba en decadencia. Sobretodo porque a pesar de todo mi dolor, pensaba en Mary y qué sería de ella. Mariam no sabía nada de ella y no la había visto, pero ambos temíamos que Salazar hubiese sido tan despreciable con ella como lo fue con Mariam.

Al menos todo ese ambiente deprimente se veía eclipsado por la posibilidad de escapar de ahí. Con la emboscada preparada solo habían dos posibles desenlaces. Un desenlace era salir por fin, y el otro estar encerrados o morir. En todo caso, si no funcionaba estaríamos igual que al principio, así que debíamos intentarlo al menos.

- ¿Qué haremos con las vallas? -pregunté confuso

- Pues haremos un círculo. Como estaremos a oscuras, cuando entren los guardias estos raros y asquerosos para tirarnos la comida a distancia -se tomó un tiempo para insultarlos- Los encerraremos sin que se den cuenta en las vallas y activaremos la electricidad que aún no sé como. Al menos tenemos la idea del plan y luego lo matizaremos

- Sigo pensando que a veces das miedo

Sonrió complacida- Eso es bueno, lo necesitaremos

Estuvimos en silencio, pero al final me preguntó.

- Veo que las heridas están mucho mejor -observó y me miré algunas que en efecto estaban mejor

- Cuanto a ti te llevaron al despacho a mí me curaron las heridas, pero no sé porqué -me notaba más fuerte- Fue Jack -solo asintió sin decir nada- Esto... ¿Qué tal con Jack?

Paró en seco- Solo... trato de no pensar en él

- ¿No cambiarás de plan al verlo no? -quería asegurarme

- No -sentenció- Pero por mucho que quiera odiarlo, no puedo... y me entra más rabia todavía -bufó

- No te preocupes, lo acabarás consiguiendo... ciñámonos al plan

- Estaremos a oscuras, así que trata de memorizar la posición de todo objeto -asentí con la cabeza

Debíamos estar preparados. No era la primera vez que nos metíamos en un plan arriesgado, aunque no solían tener mucho éxito. Pero era eso o morir. Se acercaba la hora y mi corazón iba demasiado rápido como para oír otra cosa.

Tapamos los respiraderos como estaban antes y nos ayudamos entre nosotros para posicionarnos donde debíamos.

- Todo va a salir bien -susurró Mariam y yo suspiré

La espera era lo peor, solo quería la acción, pues me ponía menos nervioso.

Enseguida se abrió la puerta en un chirrido, casi no entraba luz.

- Bien, no os ocultéis más, traemos comida -dijo un señor con voz grave y burlona

Ante nuestro silencio, el señor avanzó, y junto a él su compañero.

- ¿No habéis oído? Tenemos la comida -habló más fuerte y siguieron avanzando. No entendía porqué no encendían la luz simplemente

Chocaron contra la valla y se electrocutaron por ésta, a lo cual respondieron un grito.

- ¿Pero qué? -exclamaron

- Deberíais ser más listos -oí la voz de Mariam, así que eso significaba salir a la luz

Cerramos la valla y los dejamos encerrados. Ellos se pusieron a gritar, pero no iba a servir para nada porque ya estábamos saliendo.

- Chao chao -se burló Mariam

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora