Cap 2

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Mariam, Berlín 1 de noviembre

Cuando entramos a la exposición de obras de arte, me vino una oleada de aburrimiento.
Había cuadros muy bonitos, pero la mayoría eran manchas sin más, qué cosa más fea. Hasta yo haría cosas mejores. No entendía porqué llamaban arte a cuatro rayajos mal hechos.

- Una preciosidad ¿verdad? -Brandon hablaba con finura

- Sí sí, estoy segura de que le irá muy bien al pintor -sonreí alablemente

Vi de reojo a mi hermano, que mantenía una sonrisa divertida. Él también pensaba que era una exposición muy fea.

Entonces empezó nuestro plan... Salva se llevó a Mary a "tomar algo". Brandon y yo nos quedamos solos observando las "obras de arte" en silencio. Que recordase era nuestra primera vez a solas. Sin mi hermano, ni su prima ni nadie desconocido de bares. Aunque no me sentía en peligro por alguna razón.

- Señorita...

- Brandon, ya nos llamábamos por nuestros nombres desde hace bastante -él rio nervioso

- Saray... ahora que estamos solos... No creo que sean imaginaciones mías, y que tu sientes lo mismo que yo... -empezó a acercarse y yo alejarme lentamente

- Sí Brandon bueno, hemos hecho buenas migas...

- Sí, y por eso pensaba que nosotros en matrimonio... -fue oír esa palabra y me puse nerviosa. Solo debía seguir el plan

- Señor creo que está yendo un poco rápido -tuve que empezar a esquivar mesas y a levantar el tono de la voz, además de llamarlo por usted

- Pero estoy seguro de que tú también quieres

- Bueno, me parece que aún es pronto -rodeé una vasija fingiendo una sonrisa

Se acercó muy rápido. Me abrazó por la cintura apretando mis brazos para que no pudiese escapar. Eso me empezaba a dar mucho asco, pero debía seguir con el plan.

- Vamos Brandon suéltame -pero estaba muy cegado, en sus ojos veía muchas intenciones, y ninguna era buena

Me besó muy desesperadamente y fuerte. Me molestaba mucho, y ya se estaba pasando. Así pues lo empujé con mis piernas dándole en su parte débil.
Ajá, me había enseñado a defender obviamente.

Fue a parar contra una mesa que sostenía un jarrón que se cayó al suelo haciéndose añicos, los cuales volaron por todas partes e hizo eco.

Entonces vino otro hombre... Parecía de seguridad por sus ropas. Eso me dejó con la boca abierta. Se suponía que no había nadie en el edificio.

El de seguridad era bastante atractivo, creo que era el hombre más atractivo que había visto nunca.

Tenía la mandíbula marcada, con un poco de barba que casi no se notaba. Su piel bronceada y su cuerpo marcado y robusto hacía notar que se cuidaba muy bien. Su pelo castaño y deshecho le daba un toque peculiar. Y sus ojos oscuros con profundidad escondían algo.

Era la primera vez que no adivinaba el carácter de alguien con solo mirarlo, escondía mucho ese hombre. Pero no debía despistarme.

- ¿¡Qué está pasando aquí?!

- Esta pequeña zorra me ha atacado -gritó Brandon desde el suelo con una herida en el brazo al cortarse con el jarrón y yo rodé los ojos y me tocaba actuar

- Ha intentado abusar de mí, solo me he defendido -lloriqueé

- Es usted despreciable -el de seguridad levantó a Brandon por el cuello de la camisa y le dio un puñetazo. Bueno, no me esperaba esta reacción tan agresiva

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora