Cap 18

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Salvador, Berlín, 29 diciembre de 1922

Habían pasado varios días y ya no me había vuelto a encontrar con Jack. Por una parte quería verlo, porque eso significaba que Mary estaba cerca y aunque no quería admitirlo, aún la quería y quería verla.

¿Cómo es posibles que en tan poco tiempo Mariam y yo pudiésemos enamorarnos de ellos? O sea Mariam y yo, que no habíamos tenido nunca una relación con nadie porque no confiábamos en nadie. Nunca nos habíamos encariñado de nadie, bueno de Adler, pero era como un padre, no era lo mismo.

Por otra parte no quería verla, pues ya me estaba acostumbrando a vivir con el dolor en el pecho, y si volvía a verla se iba a complicar todo. Venga ya, les habíamos robado, un montón de dinero. También habíamos incriminado a su "padre". No eran hijos biológicos de Salazar, pero aún así, seguro que lo querían. Les habíamos fastidiado la familia.

Vale, en cuanto a ese tema... Os merecéis una explicación... Mariam lo explicaría mejor, pero yo soy el mayor, así que voy a hacerme respetar un poco.

Ese hombre: Salazar Jones, en verdad se llamaba Salazar Sallow. Qué tonto que era, solo se cambió el apellido, aunque así y todo Mariam y yo no lo descubrimos hasta estar un tiempo en Nueva York.

Estábamos llevando las cajas de la mudanza al piso superior. Teníamos que arreglar las habitaciones y el despacho. El despacho tardamos bastante más en arreglarlo, de hecho nunca terminamos de ordenarlo.
En una de las cajas había fotografías. Mariam y yo no nos dimos cuenta de que teníamos una fotografía de toda nuestra familia al completo hasta que abrimos la caja. No la llegamos a vaciar porque se nos quitaban las ganas al ver a nuestra madre y hermano pequeño que por desgracia a penas vivió. La fotografía estaba un poco rota, así que a penas se veía a nuestro padre.

Pero un día que entré al despacho vi el marco totalmente roto con los vidrios sueltos. Tal vez se le había caído a Mariam. Pero me di cuenta de que al retirar los vidrios, nuestro padre se parecía a Salazar. Claro que nuestro padre se veía muy joven y más humilde. No se lo conté a Mariam hasta que me dijo que al entrar en el despacho de Salazar había visto una foto de éste con otros niños diferentes a Jack y Mary. Relacionamos las fotografías y nos dimos cuenta de que era nuestro padre con nosotros. Pero en ese entonces éramos tan pequeños que costaba buscar el parecido.

Eso incrementó las ganas de Mariam por acabar el plan. Cada vez que veíamos a Salazar no veíamos a nuestro padre, sino a un asesino. No queríamos que les hiciera daño a Mary y a Jack, no el mismo que le había hecho a nuestra familia años atrás. Por eso empezó a crecer nuestra rabia y nuestra sed de venganza. Aunque hubieron unas consecuencias no muy buenas.

Nos apresuramos mucho al acabar el plan. Si hubiéramos tardado más, nos podríamos haber echado atrás, pero no lo hicimos por nuestro orgullo Sallow. Ahora estábamos con el corazón roto, pero con las vidas de Jack y Mary aseguradas.

El dinero de la cámara secreta de Salazar iba para la recuperación de nuestra "madre" que no lo era de verdad, pero nos había tratado como tal. Aunque nosotros también nos quedamos una parte para comprarnos una cada y algunas necesidades.
Adler y su esposa, sin conocernos, nos acogieron y nos acabaron de criar a su modo, que aunque no era el mejor, nos habían salvado. Por eso habíamos hecho el plan, por ellos.

Al volver de Nueva York le dimos bastante parte de dinero (no queríamos ese dinero manchado) y nos alejamos un poco del tema. Mariam no estaba bien y yo no podía ir por ahí como si nada. Además, estorbaríamos más que ayudaríamos.

Cuando Ellery y yo fuimos a la oficina de Adler, había sido la primera vez desde que le di el dinero que no lo veía, quizás por eso nuestro saludo fue tan... frío. Quería pedirle consejo por Mariam, pero me daba miedo preguntarle. Éramos demasiado orgullosos, nunca permitíamos que nos ayudaran. Además, desde Navidad, había salido más de su habitación, aunque solo fuera a comer ya era algo.

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora