Salvador, Berlín 25 de diciembre de 1922
Sí, habéis leído bien: ya había pasado un año de todo lo anterior. Mariam y yo habíamos vendido rápidamente nuestra casa de Nueva York un par de días antes del plan. Aunque tardaron en mudarse los nuevos inquilinos, por lo que continuamos viviendo un tiempo ahí.
La pregunta del millón:
¿Había valido la pena hacer el plan?
Supongo que incluso vosotros podréis contestar a esa pregunta.
¿Por qué lo hicimos entonces?
Es una larga historia, pero aún es demasiado pronto para contároslo. Pero daré un pequeño avance: anisábamos tanto la venganza que no pudimos perdonarla con el amor...
Cuando dejé a Mary en su casa fui donde Mariam me había pedido que la esperara con el coche (robado), es decir, bajo el balcón del despacho de Salazar. Quedé esperando hasta que oí un grito ensordecedor y miré hacia arriba preocupado por Mary y/o por Mariam. Después cayó la bolsa con todo el dinero. Fui a por ella corriendo mientras vi que Mariam se las ingeniaba para bajar del balcón con facilidad y rapidez.
Guardamos el dinero en el coche. Nos subimos rápidamente al coche. Todo fue demasiado rápido, tanto que no tuve tiempo de asimilar que no volvería a ver o estar con Mary. En poco tiempo ya estábamos en la estación de tren. Veía un montón de gente y me empezaba a agobiar. Estaba demasiado triste por dejar a Mary, por dejar nuestra preciosa y perfecta vida que habíamos construido en Nueva York. Lo que más se había acercado a felicidad en mi vida había sido este poco tiempo, pero era hora de volver a nuestra triste y verdadera realidad.
Cada uno de los hermanos se enamoró demasiado rápido de la otra pareja de hermanos. Aunque fuera demasiado bonito y perfecto, si nos hubiéramos quedado más habría sido peor.Esa escena en la estación me recordaba tanto a cuando tuvimos que ir de Nueva York a Berlín de pequeños, se repetía la historia. Era casi la misma situación. Tristes, gente alrededor que parecían fantasmas, pitidos de trenes, despedida...
- Venga es la hora -dijo el señor Adler con su voz ronca
- Pero señor ¿dónde vamos? -le preguntó Mariam
- A vuestro nuevo hogar niños, a Alemania
Sonó el silbido de un tren y me cogió la mano antes de perdernos, éramos la única familia del otro (solo estábamos nosotros dos). Había estado llorando todo el viaje en coche. Mariam se mantenía fuerte, pero yo no podía... ¿Conseguiríamos ser felices algún día? Lo dudaba mucho.
Compramos una casa, no podíamos volver con las ratas y cucarachas. La casa estaba muy bien, ahora contábamos con mucho dinero acumulado.
Con los papeles que robó Mariam denunciamos a Salazar Jones. No supimos lo que pasó porque nos fuimos, pero sólo había dos opciones: o había conseguido escapar y no lo encerraron, o se iba a pudrir en la cárcel como le tocaba. En cualquiera de las dos ocasiones ya estábamos suficientemente lejos de allí para poder hacernos algo.El plan había salido realmente bien... al menos en la mayoría. Porque no pensamos en enamorarnos. Decidimos saciar nuestra sed de venganza antes que el amor. Tal vez por eso desde entonces Mariam no salía casi de su habitación, a veces para comer, y la mayoría de veces cuando yo no estaba. Me la pasaba todos los días llamando a la puerta de su habitación.
- Venga Mariam, tienes que salir de ahí dentro de una vez -decía con un tono suave desde la otra parte de la puerta
Pero nunca contestaba. No me dejaba entrar, ni en su cuarto ni en su corazón. Me ponía muy triste. Incluso volví a llorar, y no lloraba desde que... desde que vi al asesino de mi familia.
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Mariam: sobrevive
Mystery / ThrillerCuando te pasa un suceso traumático en la vida, pasas por varias fases hasta aceptarlo y vivir tranquilamente como antes. Primero está la fase de la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Sin embargo, algunos pasan directame...