Mariam: sobrevive

Cap 10

Jack Jones, 14 de noviembre

Vale quizás Edwin no me hubiera pillado besuqueando a Mariam en su despacho, pero sin duda lo sospechaba por sus miradas. Lo entendía, era su hermana y la iba a proteger. Sobretodo porque admitía que a pesar de ser el mejor en cualquier cosa, tal vez no era el mejor pretendiente.

- Padre, los Spencer se quedan a comer -avisé con calma y todos se giraron sorprendidos

- Eso es perfecto, a la mesa entonces. Estoy hambriento -se dirigió hacia el comedor

Todos se giraron a mirarme cuando padre desapareció por la puerta. Sí, me había inventado eso, pero quería pasar más tiempo con Mariam, y era el único modo.

- ¿Qué? -pregunté inocentemente y todos suspiraron

Fuimos todos a la mesa de comedor larga. Mi padre se obsesionó con que me sentara al lado de Mariam y Edwin de Mary. No se molestaba ni en disimularlo. Mi padre damas y caballeros, el nuevo cupido y mejorado.

Los sirvientes no tardaron en servir la comida. Sacaban múltiples platos y vi que Salva los miraba con estupefacción. No me extrañaba, había mucha variedad ese día.
Me sorprendía cómo trataba Mariam al servicio. Les ayudaba con el plato. Lo hacía con media sonrisa. Era curioso.

- Padre, Edwin me ha invitado a pasear por el parque esta tarde -dijo Mary ilusionada mientras Mariam casi se atragantaba y yo le daba golpecitos en la espalda ocultando una sonrisa

Me había asustado, por un momento se había vuelto morada.

- ¿Estás bien? -le susurré mientras padre felicitaba a Mary y a Edwin

- Sí... yo... gracias

- Bueno y Edith... ¿cómo van tus diseños? -preguntó padre y ella se giró hacia él

- Pues Mary parecerá una princesa -sonrió sinceramente mirándola

Si mi hermana se iba a ver como una princesa, ella parecería una reina. Como ella solía decir.

- ¿Y las clases? -preguntó padre otra vez

- Me ha ayudado a pintar con sentimiento, es bastante difícil de explicar qué es -se paró a pensar un rato y después puso de nuevo su sonrisa inocente- Pero ¡mira qué cuadro! -le dijo a los sirvientes que lo trajeran

Enseñó el cuadro de una niña volando una cometa. Era con colores claros y vívidos. Era realmente bueno, de hecho ese cuadro era Mary. No como el museo de Berlín, qué cosas más feas habían allí, cuatro rayajos y lo consideraban arte, madre mía.

- Entonces debo felicitar a los hermanos Spencer, están cumpliendo todas mis expectativas -padre miró a ambos con una sonrisa satisfecha

- De hecho sí padre, la mejor inversión -dije con ironía mirándolo con seriedad mientras bebía de mi copa. Me respondió con una mirada fría, no le gustaba que sacase el tema del dinero, porque sabía que me refería a su negocio de contrabando, el cual no me gustaba nada y le repetía constantemente

Acabamos de comer con tranquilidad. Mi padre se volvió a ir a las oficinas, como siempre. Casi nunca estaba en casa, y cuando lo estaba solo hacía parecer que éramos una increíble familia feliz, pero eso no era verdad.

- Entonces, al parque... ¿No? -Mary alzó la ceja mirando a Edwin de reojo, supongo para ver si se había arrepentido o no

- Sí -dijo éste sonriendo con la boca cerrada

- Muy bien, pues... pasároslo bien -Mariam se giró hacia Mary con una sonrisa sincera. A Salva lo miró como si fuera con pena o nostalgia, no lo entendí muy bien