Mariam: sobrevive

Epílogo

Mariam, 24 de diciembre de 1923

No me esperaba estas Navidades tan diferentes. Hacía mucho tiempo que no las pasaba así... desde niña. Era una situación muy familiar. Aunque era extraño no podía evitar estar feliz.
El año anterior, a pesar de haber terminado la pesadilla, no pudimos celebrar bien la Navidad.  El año anterior tampoco habíamos podido, ni el anterior, ni el anterior...

Volvimos a Nueva York tras arreglar muchos papeles, sobretodo de la herencia que nos había dejado Salazar. No nos la dio queriendo, pero no cambió el testamento al haber adoptado a Mary y Jack, así que nos la quedamos. Claro que la mayoría la donamos a varios centros.
Salazar duró vivo mucho tiempo en la cárcel, parecía que tenía asuntos pendientes con mucha gente.

Adler había vendido su despacho de Berlín. Ese sitio le recordaba mucho a su esposa y no lo podía soportar. Así que, así como él nos salvó, nosotros también lo íbamos a salvar. Le dijimos de quedarse con nosotros en Nueva York y conseguimos convencerlo. Aunque él no paraba de decir que molestaría.

En cuanto a Brandon, por fin lo encontramos. Salazar lo había tenido encerrado en una celda diferente a la nuestra. Él sabía que Brandon estaba de nuestro lado. Pero al salir seguimos manteniendo buena relación. De hecho se había venido a Nueva York a vivir y venía a casa a cenar algunas veces.

- Señora Adler, ya está aquí su coche -me avisó mi secretaria

- Gracias Lily, puedes irte ya con tu familia -le dije con una sonrisa

- Gracias señora, esta será una buena temporada. En el desfile nos llamarán y harán muchas comandas -se emocionó

Sonreí felizmente- Cierto, pero es que con tu ayuda, estos vestidos se ven increíbles

- Usted hace la magia

Me levanté y cogí mi abrigo- Feliz Navidad

- Feliz Navidad -nos abrazamos y se fue

Bajé las escaleras del edificio y en efecto estaba el coche esperándome en la entrada. Estaba cansada, me dolía la espalda y la cabeza, pero iba a cenar con mi familia por Nochebuena y me ponía feliz.
Cuando entré en el coche me tope con una sorpresa:

- ¡Jack! ¿Qué haces aquí? -exclamé

- Qué emoción por verme -ironizó

Sonreí- Lo siento, hola cariño -nos dimos un beso

- Hola mi amor, ¿cómo está mi pequeñín? -tocó mi tripa ligeramente hinchada

- Está muy...

Pero me interrumpió- Le hablaba a él

- Oh lo siento -me reí

- Bueno, puede arrancar -le dijo al conductor mientras Jack hacia ñoñerías

- ¿Cómo está mi madre y hermanito? -pregunté esperando malas noticias

- Suena raro que le digas hermanito cuando ya casi es adulto -se rio

Desde que había encontrado a mi madre, teníamos que ser cuidadosos. Con lo que había pasado con Salazar, había sufrido de depresión, aunque se estaba recuperando. Y con mi hermano, que había estado cuidando de mi madre toda la vida, trataba de recuperar la relación. Era muy complicado porque estaban afectados. Tras ir a consultas les convencí de venir a vivir a casa. Desde entonces estaban mucho más animados y pensé que eso les estaba ayudando mucho.

- Están bien, a tu madre le viene bien estar con Mary, se llevan muy bien. Ya sabes como es Mary de dulce y cuidadosa. Eso le permite a tu hermanito tener más vida, que por cierto tiene una noticia para ti, pero no digas que te lo he dicho