Cap 14

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Rose Mary, 1 de diciembre

Jack había pedido la casa a solas. Se lo había dicho a padre muy seriamente, fueron a hablar los dos, y como siempre, me dejaron al margen. Pero esta vez tenía demasiada curiosidad como para hacerles caso, así que puse la oreja.

Se habían metido ambos en la sala de billar. Por alguna razón siempre iban ahí para hablar seriamente mientras jugaban una partida. No entendía porqué no hablaban en el despacho. En fin, dejé de oír el rebote de las pelotas e hice como sino hubiera estado escuchando. Me puse a leer un libro en un sofá rápidamente. Vi a padre salir con una sonrisa de verdadera felicidad, era raro verlo así. Aunque desde que conocíamos a los Spencer, estaba bastante alegre.

Padre se fue a las oficinas de su estúpido negocio. Siempre estaba allí, a mí me dejaba mucho de lado, pero a Jack lo intentaba convencer para trabajar ahí, y él siempre se negaba. A veces nos enviaba a hacer trabajos en distintas ciudades o incluso países. Pero no nos quejábamos mucho, se preocupaba por nosotros. Exageradamente... como si tuviera miedo a perdernos. Cada vez que no nos gustaba algo, lo reemplazaba. Por eso me había cambiado de profesor enseguida que me enfadé con él.

Jack salió emocionado y contento guardándose una cajita en el bolsillo del interior de su chaqueta. Iba silbando y cuando reparó en mí, se sentó a mi lado cogiendo su libro.

- Jack... -desvió su atención hacia mí- Cuéntamelo ya

- Estoy muy emocionado, pero no sé si quiera contártelo -le encantaba molestarme

- Jack siempre me dejáis al margen -exclamé enfurruñada

- Vale vale, solo bromeaba... Solo me da un poco de vergüenza -hice una mueca de sorpresa, porque a Jack no le daba nada vergüenza. Él carraspeó y continuó- Voy a pedirle matrimonio a Ma... Edith

- ¿QUÉ?-asintió contento

- Por eso he pedido la casa sola... voy a decorarla toda

- Pues avisaré a Edwin para hacer algo mientras...  -lo miré divertida- ¿Me enseñas el anillo?

Era un anillo plateado con un rubí. Era increíble, precioso. La verdad me recordaba mucho a Edith, o sea que había sido una buena elección.

- Es muy ella -le aseguré

- ¿Sí verdad? -se emocionó más después de mi aprobación

- Ajá... recuerda mucho a ella... estoy impresionada hermanito -sonreí satisfecha

- ¿Por qué? -ni siquiera él se daba cuenta de cómo Edith le había hecho cambiar

Alcé una ceja- Mi hermano enamorado -sonreí pícara

- ¿Enamorado? Pfff -se encogió de hombros y se guardó la cajita

- No tienes que hacerte el duro conmigo, te conozco demasiado

- Bueno vale... ella tiene el control sobre mí ahora. Lo cual me aterra, pero me divierte e ilusiona... -sonreí y él suspiró

Mi hermano enamorado...

Estaba tan emocionada por él. Se merecía asentar la cabeza y ser feliz después de nuestra vida tan ajetreada. Aunque la situación me llevaba a pensar en Edwin. Yo sentía que me había enamorado, pero él... era tan misterioso que no sabía si él sentiría lo mismo. Casi no mostraba sus sentimientos, aunque conmigo era más abierto que con los demás. Yo sin embargo era un libro abierto.

Le dije a Jack que pensaría en algo para dejarle solo en casa. Quería invitar a Edwin y dar un paseo o a saber qué. Así que fui a casa de los Spencer para ver si Edwin estaba libre. Casi al llamar a la puerta se abrió de golpe cosa que me asustó.

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora