Cap 13

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Jack Jones, 1 de diciembre

Ya empezaba diciembre y se notaba en el paisaje aperlado y brillante por la nieve que empezaba a cuajar. Me tumbé en la cama con tranquilidad por el tiempo del día y casualmente me puse a pensar en Mariam.

No tan casual...

Shhh.

La fiesta me permitió acercarme más a ella después de días sin verla. Yo había estado muy ocupado pelándome con padre en sus oficinas y ella no me abría la puerta de su casa. La verdad es que no sabía qué podría haber pasado, pero ahora estábamos mucho mejor. De hecho se podía decir que teníamos una relación formal por fin. Estaba tan eufórico, no me podía creer que de todos los hombres existentes me hubiera elegido a mí. Bueno, no voy a ser tan modesto, la verdad no me extrañaba, porque no existía, existe ni existirá nadie mejor que yo.

Ayyy, aún recordaba la reacción de Mary cuando se enteró, y me hacía muchísima gracia recordarlo.

- ¿Habéis bailado juntos? -exclamó Mary viniendo hacia nosotros el día de la fiesta con la boca tan abierta en sorpresa que le cabría un puño

- Sí -respondí con autosuficiencia

- ¿No os llevabais mal? -preguntó de nuevo y Edwin sonreía, porque ya se lo había contado en su momento

- Era un pique que solo nos quitó la ceguera entre nosotros -Mariam se encogió de hombros y me quedé mirándola embobado

¿Qué me está pasando?

No lo sé... yo no era así.

Pero soy feliz...

Verdad, ale pues, para qué complicarse tanto la vida. Incluso me podría fugar con ella, sería un sueño.

No éramos muy amorosos en público, pero eso no me impidió emocionarme en la fiesta.

- Definitivamente tenemos una relación formal -exclamé y todos los invitados se giraron, aunque nosotros no nos dimos cuenta de eso

- ¿Por qué he permitido esto? -dijo Mariam negando con la cabeza y la empujé, después nos miramos y nos reímos

- Bueno, ¡nosotros también! -exclamó Mary sonriendo y nos reímos

- ¿Quieres? -alzó las cejas y mi hermana asintió. Se besaron y todos los invitados se callaron atónitos, ahí sí que nos dimos cuenta y Mary estaba roja y Mariam carraspeaba

- ¡Triple celebración! -exclamó mi padre de fondo, ni sabía que estaba ahí

Todos se rieron y la música volvió a sonar. Eso sí, empezó a acercarse mucha gente para felicitarnos, lo cual era bastante incómodo. Y eso que aún no nos habíamos prometido, aún.

Al principio no tenía claro lo que sentía por Mariam, pero estaba hecha para mí. No era ese amor romántico de las películas. Era más sincero, con más pasión... y lo sentíamos los dos. Ahora ya no podía vivir sin ella. Además, aunque ella me hacía olvidar mis problemas, también me ayudaba a resolverlos. Y yo que pensaba que no podía sentir... qué estúpido era.

- ¿Qué haces? -me preguntó Mariam apoyada en mi pecho. Supongo que la había despertado con la pequeña lámpara que había encendido

- Escribo en un diario, duérmete -le di un beso en la cabeza

- ¿El qué? -qué curiosa era esta mujer

- Todo lo que me ha pasado desde que apareciste en mi vida -se rio- No te rías, que es verdad

Mariam: sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora