Capitulo 2. De donde salió este libro.

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Nota: Para hacer mas cómoda la lectura las partes escritas en cursiva representaran los eventos sucedidos en el pasado en el "otro mundo", mientras lo escrito con letra normal representa lo que se desarrolla en el "mundo real". Aun así en su mayoría se especificara en que sitio se encuentra desarrollando la escena. Muchas gracias por leer. 

Segundo año en el libro.

—¡Ophir! ¡Ophir! ¿Dónde mierdas estas? — para ser el próximo rey, Ezra no tenia el mejor vocabulario, a cada momento del día decía la palabra mierda, era casi como si no pudiera decir una oración sin esa palabra.

Mire a mi madre Miranda, aquella mujer tenia sus rojos cabellos sueltos y caían como los ríos de sangre de la batalla; aquella imagen estaba aferrada a mi memoria, recién había salido de una batalla contra los demonios. Deseaba descansar al lado de aquella cálida mujer, pero siempre algo nos interrumpía. Me moví en silencio, dejando que Ezra me buscara por su cuenta, pero mi madre no era tan grosera, ella mando a un sirviente a traer al rey, quien seguía gritando maldiciones en mi hogar.

—Ya me han contado todo— expreso él abriendo las puertas de golpe.

El Rey entro en el invernadero de mi madre con aires de grandeza. El Rey era el único rubio entre un montón de nobles con cabello rojo, el destacaba como oro; eso no le daba derecho a interrumpir mi comida. Lo mire tomar asiento, alejando el bocado de carne de mi boca.

—Rey Ezra, que gusto volver a verlo— dijo mi madre en un intento de que llamar la atención para que el gobernante no viera mi rostro de fastidio.

—Tía Miranda, hace tanto que no la veo, debe de ir a visitar el palacio... aunque pensándolo mejor, no. Davania mantenía el lugar presentable, ahora sin Reina que me acompañe, todo es un desastre. Pronto tendré que contratar una mujer que haga el trabajo de la reina, al menos en lo que recupero a Davania...

Como alguien que nació como mujer, no pude evitar decir:

—¿Tu no puedes hacer eso?

Solo era ordenar a los sirvientes...

—Soy hombre, Ophir, no se nada de eso, ni siquiera sabría como decorar el palacio, será mejor esperar a Davania.

Mis ojos en blanco no pasaron desapercibidos.

—¿A qué has venido?

—¡Oh! Cierto, me han comentado de la ultima batalla, estoy orgulloso, el Capitán me conto como derribaste a un titan.

Los ojos de mi madre Miranda se abrieron en par, con su abanico cubriendo su boca. Sostuve su mano libre.

—Mi madre no tiene porque estar escuchando las barbaridades de la guerra, ¿Cómo puedes mencionar esas masacres en su presencia? — escupí el veneno de mi garganta.

Ezra se disculpó, obviamente sin arrepentirse.

—¿Por qué tienes que seguir yendo a ese lugar? — pregunto mi madre Miranda, las lagrimas estuvieron a punto de esparcirse por sus blancas mejillas.

—Madre...

—Porque Ophir es la única persona que confió, tía Miranda, sin el no hay nada— esas palabras no eran lo que mi Madre Miranda necesitaba, la mire levantarse de su asiento, reverenciarse ante Ezra y retirarse. —Ophir, vas excelente, estos últimos meses has logrado grandes pasos, tu y esa bruja están haciéndolo muy bien.

—Se llama Vivian— solté el comentario sin entender el buen sabor de boca que me dejo pronunciar aquel nombre.

—Si, si, si— como siempre Ezra apagándome los ánimos. —Es muy linda, si te gusta podría darle algún título, así podrían casarse.

Mi Nombre es Ophir (CT).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora