Antes de empezar el capitulo: la mitad de lo que esta escrito aquí fue hecho en estado de ebriedad y solo espero que se entienda. Suerte.
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Había una reunión familiar y fue el primer dolor de cabeza que sentía.
—Ophir ya es muy grande para jugar con un peluche— dijo una tía venenosa.
—¡¿Disculpa?!—escuche a Sigma decir en completo estado de shock, aquello me causo gracia así que lo abrace mas fuerte. El peluche con los años se había hecho mas blando, pero menos amado.
—Esta muy apegado, es el primer juguete que le regalo su papá, es normal— justifico mamá.
—Como ustedes no tienen para comprarles juguetes a sus hijos, solo critican— dijo la tía Miranda, ella me alzo en sus brazos y me lleno de besos.
Almendra miro la escena en silencio.
—¡Almendra, cierra la boca, se te va a meter una mosca! —dijo otra tía.
—Un niño consentido y una niña muy llorona, Sandra, debes ser mas firme con tus hijos, ¡quien sabe que atrocidad vas a crear en el futuro!
Mi madre se vio avergonzada.
—¡Ignora, Sandra! — la tía Miranda alzó la voz. —Estas haciendo un buen trabajo, mira que niño tan amoroso tienes aquí— ella me alzo un poco para darme mas abrazos.
La misma tía criticona rodo los ojos.
—¡Cuando crezcan vas a ver que tenía razón!
—ignóralas, Ophir— me susurro Sigma. —¿podemos jugar con Almendra?
Negue. —Almendra esta jugando a cosas de niñas— le dije.
—¡Ophir! ¿Qué dices? —pregunto la tía Miranda.
La mire, con las mejillas sonrojadas de la vergüenza. Es molesto ser el único que escucha a Sigma, bueno, Almendra también puede, pero ella lo ignora. —Sigma quiere jugar con Almendra...— iba a decir más, pero la tía Miranda me bajo de sus piernas.
—Vayan a jugar entonces, cariño— dijo ella.
—No, no, no, no— mi madre se inclino para tomarme en sus brazos. —Almendra esta jugando a las muñecas, no es buena idea que Ophir vaya.
—¡¿Sandra?! ¿no estarás permitiendo que estas arpías te metan sus ideas a la cabeza o sí? —pregunto la tía Miranda, sorprendida de las acciones de mi madre.
El rostro de mi madre se tiño rojo de la vergüenza. —¡Ja! Vamos Miranda, hazla entrar en razón— dijo victorioso Sigma.
Mi madre desviar la mirada a donde estaba mi padre. —No es eso, solo que los niños pueden ser un poco más... agresivos que las niñas.
—En eso tiene razón Sandra— hablo la tía sin nombre. —Ophir solo hará que Almendra sea más... extraña de lo que ya es. Además, mírala, esta tan limpia, jugar con un niño solo hará que se ensucie la ropa tan linda que tiene.
Almendra miro en silencio, ella no habla más. ¿Por qué dejo de hablar?
—¿Olvidas que tu dejaste de hablar cuando tenias la misma edad, Ophir? —pregunto Sigma. —Claro, no lo recuerdas...
Parecía decepcionado.
—Si, niños por un lado y niñas por el otro, es lo mejor— mi madre se vio decepcionada.
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Hay un árbol de naranjas en el patio de mi abuelo, él me ha enseñado a treparlo, dice que es bueno para desarrollar músculos.
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Mi Nombre es Ophir (CT).
FantasyAlmendra ha sido una gran fanática de libros de transmigración durante años, cuando fue su turno para entrar al fantástico mundo de un libro que recién termino, no desperdicio su oportunidad siendo participe de muchas aventuras y amoríos, llevando e...