Capitulo 25. Nueva vida.

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Transmigrar duele, pero esta vez se siente diferente, este dolor no es muscular. Quema, arde. Me están arrancando de un lugar donde quiero estar.

Hay una luz y me siento viscoso. 

Quiero regresar al vientre de mamá. 

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Abro los ojos.

Mamá me tenia en sus brazos, me arrullaba y me llenaba de besos.

—Mírate nada más, Ophir, eres el bebe mas hermoso del mundo— dijo mi mamá mostrándome ante un espejo. Un varón pelirrojo, eso era lo que era. —Serás un caballero, elegante, inteligente y bondadoso. Eres perfecto, te amo tanto, tanto, tanto.

Mi padre llamo a mi madre y ella me dejo tiernamente en mi cuna. Acaricio mi cabeza antes de ir a donde la llamaban.

Mis movimientos eran torpes y no tenían control de todo, no había palabras en mi boca. Estaba tranquilo, mamá estaba aquí y me ama. Una figura se acercó a mi cuna, tomándome de nuevo en brazos. Ojos verdes.

—Sigma— quise decir, pero solo solté un balbuceo.

—Hola, Ophir— me dijo, se escuchaba feliz, me rodeo con sus brazos, mi cabeza descanso en su hombro mientras me mecía con delicadeza. —Espero que no te moleste, no tenia tiempo de crear otro nombre. ¿Qué te parece el mundo que he hecho para ti? Es un buen lugar, ¿no?

Mas balbuceos de mi parte, quería preguntar por el sitio, pero Sigma solo soltó una risa.

—Estaré cuidándote muy de cerca, así que no te preocupes, todo estará bien. Fuiste muy bueno con Druna y sé que tu no confías en mi— se escuchaba dolido. —Quiero lo mejor para mi Druna, la amo mucho, pero sé que no soy el mejor para ella, estoy roto después de todo. ¡Ah! Pero ese no es asunto de importancia, aquí puedes descansar, sanar, estar en paz. Gózalo por favor, tarde muchos días en reunir toda la información de tu infancia.

Sigma me dejo en la cuna, arrullándome con un suave canto, mis ojos estaban pensados, quería dormir. Mire como Sigma se alejaba y poco después mi madre y mi padre se acercaron.

—Mi bebe tiene sueño— mi padre mostro una sonrisa. —Mira campeón, te traje un peluche: un mapache, ¿a qué es lindo? —dijo mientras dejaba el peluche a mi lado, un hermoso peluche de ojos verdes, lo abracé.

Era un regalo de mi padre, lo quería a mi lado. Pude dormir en paz.

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No me gusta la comida pastosa, me gusta morder, me gusta cuando mamá me da trozos de fruta y puedo morderlos. A mamá le encanta tomarme fotos cuando como, así que rio a carcajadas cuando veo una cámara. Eso hace feliz a mamá.

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—¡Almendra! —el grito de mi madre me hizo helar la sangre, deje de correr y mire a mi mamá. —¡Deja de hacer tanto desastre y termina tu papilla! —desde el comedor, mi madre alimentaba a mi hermana.

Almendra, ese nombre siempre me pareció raro. Preste más atención y me heche a llorar cuando note que Almendra tenia MI peluche.

—Es mío, mío, dámelo— dije mientras daba saltitos, tan altos como mi yo de 2 años podía dar.

—Yo juego— dijo Almendra abrazando con mas fuerza el peluche de mapache.

—Almendra, por favor, tú tienes un peluche— mamá le quito el mapache a mi hermana y me lo entrego. Los ojos de la niña se llenaron de lágrimas. —¡Yo también quiero! ¡¿Por qué no tengo un mapache?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!

Mi Nombre es Ophir (CT).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora