Capitulo 10. Tiempo de descanso, parte 2.

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Coraje es un buen perro. Esther me conto que era mascota de Joana, la hija de mi jefe:

—... Mi sobrina siempre quiso un perro, ama los pastores alemanes y Edwin pensó que seria bueno que Joana tuviera un guardián, Coraje podía ser entrenado para cuidarla. Pero la ex esposa de Edwin es una maldita, odia todo lo que tenga que ver con mi hermano y destruye todo lo que toca. Por eso Joana depende tanto de la aprobación de mi hermano, cree que es una pésima cantante y que no lograra nada; palabras de su madre.

—Así que hecho al perro— supuse, Coraje y yo llevábamos 20 minutos echados en el suelo del baño, acaba de vomitar toda la comida que Edwin había preparado.

—Si. Esa es la versión sin rodeos— espere en silencio, hace rato que Esther también se había sentado a mi lado, esperábamos que el mareo bajara, pero no había muchos avances. Ella, al notar que no comentaría nada, decidió seguir hablando. —Lo intento envenenar y Joana llevo al perro al veterinario, lloro ahí, esperando que salvaran al cachorro. Ahí le llamaron a Edwin, jamás vi a Joana tan desesperada, gritaba como si fuera ella a la que envenenaron.

—Los padres son crueles— dije con un suspiro.

—No debería ser así, no tienen idea de lo que hacen, el daño que generan y la suerte que tienen— note como una lagrima se deslizo por la mejilla de Esther y ella se deshizo rápido de ella.

—Cuando me entere que Vivian estaba embarazada, me asuste mucho—confesé. Esther abrazo sus piernas mientras me veía. —Vivian sabia todo, como cuidarlos, que tomar para el dolor, como quería que fuera su parto, sabía que teníamos que comprar, como los íbamos a educar. Y yo no, yo estaba aterrado porque ¿Qué les iba a enseñar? Solo se pelear, ¿Cómo iba a ser un buen ejemplo? Es decir, mi madre de este mundo siempre fue demasiado sumisa a mi padre, mi padre era demasiado indiferente y mi madre del otro mundo pues se suicidó, no creo que sea un buen ejemplo para seguir.

—¿Qué hay de tu padre del otro mundo?

Me encogí de hombros. —Si tenia, nunca supe nada de él.

—Desde que mi padre me hecho de casa, creo que jamás pensé en tener una familia, siempre estuve pensando en no morir. Llegar al fin de mes, terminar con una batalla, regresar con Vivian. No sabía que quería una familia hasta que sostuve a mis hijos en brazos.

—Estoy segura de que serás un buen padre.

Rei.

—Hablo enserio, solo hay que trabajar en algunas cosas.

—¿Cómo qué? — pregunte más en búsqueda de no caer en el silencio que con ganas de saber.

—No puedes golpear a todo mundo, esta semana ya hubo dos peleas.

Suspire.

—Edwin pensó que tenias problemas de ira, pero no creo que sea el caso, Sigma te provoco y Samuel empezó. Creo que mas bien lo que pasa es que no conoces otro medio de defensa o para liberar emociones— explico Esther. —Aun así, creo que deberías iniciar la terapia, podemos tomar asiento en la sala e iniciar.

—Estoy cansado— dije acostándome de lado para abrazar a Coraje, peor el dolor en la costilla me hizo volver a acostarme boca arriba.

—Bien.

- - -

—Ophir, ¿estas despierto? —Esther sacudió mi hombro, me había quedado dormido en el sofá, sobre el libro que había estado leyendo.

asentí, pero lo cierto es que no estaba del todo despierto.

—Tengo que ir a dar unas terapias, voy a estar fuera unas horas— me explico cepillado mi cabello con sus dedos.

Mi Nombre es Ophir (CT).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora