Capitulo 22. Clavo no saca a otro clavo.

16 1 7
                                    

Creo que mi vida hubiera sido diferente si hubiera tenido a alguien que se preocupara por mí, alguien valiente que hubiera encarado a mi padre o alguien inteligente que me hubiera dicho como actuar. También soy consciente de que no puedo depender de nadie, debo ser maduro, responder a los ataques como hice en la guerra y como hice con Samuel, también debo aprender a tratar con la presión.

—¿Falta algo? —pregunto mi jefe, golpeo el bolígrafo sobre su libreta, estudio el listado que había hecho hasta que estuvo seguro de que no había nada pendiente.

Encendí el cigarro.

—Relájate, estaremos bien— hablo Esther entregándole a su hermano un poco de postre, hecho por Joana.

La noche se estaba acercando y faltaba poco para que Melanie pasara a recogerme, aun así, estaba ansioso. Ella me había enviado varios mensajes en estos días y habíamos acordado que nos veríamos en un café que se encuentra en el centro de la ciudad, era que era el lugar favorito de Samanta; sin embargo eso no era lo que me fastidiaba, iba a ver a Melanie, la chica más guapa de mi preparatoria, una mujer que ahora era abogada y seguía resplandeciendo belleza; mientras yo, me veía como un bicho raro que estaba entre encajar con la sociedad y descubrirse a sí mismo. Me era imposible calmarme.

—Fumar esta mal— me dijo Joana mientras me arrebataba el cigarro y lo apagaba en el cenicero.

—¿Sabes de otro método para calmar los nervios? —pregunte lo suficiente fastidiado para hacerle mala cara.

La condenada niña poco le importo, siguió con su tarea.

Mientras esperaba pase mi mano por el cabello, mi mano golpeo el centro de mesa hasta que se cayó y mi pie comenzó a golpetear el piso rítmicamente.

—¡Vuelve a encender el cigarro! —grito Joana estresada por el ruido.

—Ophir, ¿estas bien? —pregunto Esther, ella se sentó en el respaldo del sillón, acariciando mi cabello.

Me deje querer, como si no tuviera que responder. Luego me levante y tome mi teléfono.

—Estaré bien— asegure entrando en mi habitación.

Llame a Carol.

—¿Sí?

Me arrepentí de llamar cuando escuché su voz adormilada, abrí mi armario. —Lo siento, estabas dormida.

—No, voy saliendo del gimnasio, mi hermanito me dio una paliza— se quejó la morena.

Rei, Kosj era el encargado de entrenar a los novatos, los exprimía hasta que renunciaban o se hacían los mejores, era un gran cambio en comparación a la manera en la que me trato ayer.

—Es una pena— me mofe.

—Si, se escucha mucho el lamento en tu vocecita, ¿Qué necesitas?

Me lo pensé, pero había hecho esta llamada por algo, no me iba a retractar con el teléfono en mano. —Voy a reencontrarme con una ex compañera de mi preparatoria.

—Aja... creo que, si me dijiste, la que trabaja con tu padre. ¿no?

—La misma. Bueno... — tome una pausa para respirar profundo. —no me siento cómodo con lo que tengo puesto, ella es muy guapa y siempre se ha vestido sorprendente.

—¿Quieres competir?

—No, pero...

—¿Quieres verte lindo, sexy, elegante o guapa?

La pregunta me hizo soltar la manga del suéter frente mío.

—Carol...

—¡Vaya! Emociones, ese tono de voz suplicante es muy lindo, Ophir, casi me dan ganas de hacerte rogar más; pero voy a ir con nidia al cine, así que vamos a hacer esto rápido, ¿A dónde van?

Mi Nombre es Ophir (CT).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora