Capítulo 3 🌼

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Cassie:

Hice una especie de rabieta porque tenía hambre, Klaus se apiado de mí y me compro un sándwich de pollo, o tal vez lo hizo porque se dio cuenta que no iba a dejar de quejarme hasta que llegáramos a donde sea que nos lleve. 

Estoy seguro que se arrepiente de haberme traído, porque a veces puedo ser muy caprichosa. Y culpo de ello a mi mejor amigo, siempre me ha consentido.

Le doy un último mordisco al emparedado, me bajo del regazo del Stefan para salir del auto, llegamos a una especia de bodega.

—Bienvenidos a Chicago.

—No puede ser —susurro mirando el portón abierto—. No vengo aquí desde 1920.

—Sí, como sea —habla mi amigo molesto—. ¿Qué hacemos aquí?

—Sé que les encantó este lugar, en especial a Stefan —lo mira—. Puedes recordar tus días de destripador.

—Olvide gran parte. Mucha sangre y mucha fiesta, los detalles son pocos.

—Eso si es una pena —comenta Klaus—. Los detalles lo hacen leyenda —hace una pausa muy dramática para mi gusto—. Se dice que el destripador de Monterrey se sintió solo y escapo a la ciudad junto a su fiel amiga. Había prohibición, todo era ilegal y eso hacia que fuera más divertido.

Recuerdo algo de esa época, con Stefan siempre bailábamos mucho, ni siquiera tenía que pedirlo, él me enseño a bailar. Amenazaba a cualquiera que intentará sobrepasarse, bebíamos mucho. Al final del día me dejaba caer en la cama y me dormía con sus caricias en mi cabello, nunca me lastimo.

—Chicago es mágico.

—Voy a creerte —responde Stefan—. Como dije, olvide casi todo. Y Cassidy también tiene lagunas mentales.

—Mi culpa por seguir a mi mejor amigo destripador a cualquier lado —me encojo de hombros, entrecierra los ojos—. Pero lo haría otra vez sin dudarlo.

—Linda declaración de amistad eterna, ahora a trabajar.

—¿Por qué sigo contigo? —pregunta Stefan—. Nos divertimos, tus híbridos fallaron, pero lo que más me molesta es que miras a Cassidy como si fuera una mina de oro ¿No quieres vivir en paz?

—Supera tu trauma y todos felices, Klaus.

—Veremos a mi segunda amiga bruja favorita, ella puede ayudarnos con el problema de los híbridos.

—¿Segunda?

—Luego conocerás a la primera, amor.

Ruedo los ojos ante eso, lo seguimos mientras camina. Stefan no se despega de mi hasta que llegamos a un bar, al entrar tengo algunos recuerdos del lugar, aunque esta un poco cambiado.

—Les parece familiar, ¿verdad? —pregunta el híbrido.

—No puedo creer que siga aquí.

—Tiene que ser un chiste —aparece una bruja.

—Entonces un híbrido entra a un bar, junto a un vampiro y su linda amiga pelirroja...

—Basta —lo interrumpe, sonrío ante eso—. Tal vez seas invencible, pero eso no te hace gracioso —mira a Stefan quien sujeta mi mano—. No te he olvidado, y mucho menos a la angelical chica junto a ti.

—Eres Gloria —recuerdo—. Sin ofender, pero no deberías estar algo muerta.

—Si muero, ¿quién cuidará este lugar?

—Es una bruja poderosa —informa el idiota.

—Puedo desacelerar la vejez, hierbas y hechizos. Algún día me alcanzará.

ᴍʏ ᴛᴇᴀʀꜱ ʀɪᴄᴏᴄʜᴇᴛ | ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora