ᴍʏ ᴛᴇᴀʀꜱ ʀɪᴄᴏᴄʜᴇᴛ | ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴ

Capítulo 12 🌼

Kol:

No sé cuanto rato tarde en volver a estar despierto, pero cuando abro los ojos veo a Cassie junto a mi, su mano esta sujetando la mía mientras su cuello esta en posición dolorosa.

Sonrío al darme cuenta que se quedo para asegurarse de que estoy bien, sigue siendo la chica dulce que conocí años atrás. 

En eso aparece Elijah diciendo que quiere hablar con nosotros. Suelto un suspiro antes de levantarme de la cama, acomodo la pelirroja que suelta un bostezo antes de ir con mis hermanos.

—¿Le creen a Cassandra? —es lo primero que pregunta Elijah—. Porque yo si, esa chica fue brindada con dones que nunca llegaremos a entender —hace una pausa—. Además, madre no esta en casa.

—O tal vez solo quiere molestarme por lo que le hice —agrega Klaus—. Somos inmortales, y no es la misma chica de hace un tiempo.

—Olvidas que la conocimos muchos años atrás, sigue siendo ella —enfatiza Finn—. Tu estupidez nos puedes llevar a la muerte, Niklaus.

—Les digo que no es la misma chica, ahora es algo más valiente —dice el híbrido—. Le corto el brazo y la cabeza a una de mis creaciones. Puede que quiera protegernos o algo así, pero Stefan Salvatore esta primero en su lista de prioridades.

—¿Y qué sugieres? —cuestiono molesto—. ¿Clavarle una daga a quien sea que le hable?

—Lo importante ahora no es si confiamos o no en Cassie, es lo que madre quiere hacer —interviene Rebekah—. Creí que solo quería reunir a la familia, intentar ser lo que nunca fuimos ahora que Mikael no está...

—¡Stefan! —escucho el grito de Cassie, todos corremos hasta allá—. Es verdad...

—Intenta respirar —dice mi hermana—. Te esperaremos, relájate.

—Vi a Stefan hablando con Elena, maldito idiota —murmura entre dientes—. Ese no es el punto, su madre uso la sangre de Elena para un hechizo y la sangre de alguno de ustedes para unirlo como uno.

—¿Qué quiere decir eso? —cuestiona Elijah.

—Lo disfrutaré —sonríe—. No es personal, Klaus.

Se levanta y le clava una daga al nombrado en la palma, todos nos quejamos a la misma vez. Nos miramos entre nosotros, maldigo internamente.

—Pero, no haremos nada aún —dice la pelirroja—. Si cree que no saben...

—Será una ventaja —dice Bex—. No podemos dejar que le haga daño a alguno.

—Madre del año —mi chica se sienta en la cama—. Odio cuando se meten en mis sueños.

—¿Ocurre a menudo? —pregunta Finn preocupado.

—Casi todas las noches, dormía con Stefan para evitarlas —traga saliva—. Me solían dejar en paz cuando estaba con él, luego comencé a tenerlas incluso estando con él —nos da una especie de sonrisa—. No me miren así, tengo casi 160 años, te acostumbras.

—Pero no deberías pasar por eso —le dice Elijah.

—Siempre hay un precio que pagar por los dones, estoy bien. Solo fue tan real, como estar en la casa de Elena mientras charlaban.

—Creo que hay que dejarla descansar, mañana resolvemos nuestro nuevo problema —mi hermana le da un abrazo—. Gracias por contarnos.

Cuando los odiosos de mis hermanos se van, le sonrío a mi chica. Se acerca a darme un tímido abrazo, trazo caricias en su cabello. Cuando nos separamos sus orbes verdes me observan fijamente.