Capítulo 3 🌼

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Cassie:

Es de noche, lamentablemente ninguno de mis cercanos pudo quedarse en el hospital para hacerme compañía. Intento pegar un ojo, simplemente no puedo. 

Siento un ruido extraño y me alarmo, me levanto de la camilla justo cuando la puerta se abre. El sujeto me empuja contra la cama y me inyecta algo.

—Eso te paralizará.

Me abre la boca intentando encontrar colmillos, no encuentra nada. Me esfuerzo por moverme, pero no puedo y eso comienza a desesperarme.

—Déjame ir —sollozo—. ¿Qué esta mal contigo?

—¿Qué eres? —pregunta revisando mi rostro con brusquedad—. No eres vampiro ni licántropo.

—Déjame en paz —insisto—. Solo déjame en paz, por favor.

Maldice antes de caminar hasta la puerta y cerrar de un portazo. Intento levantarme de la cama, pero se me hace imposible ya que siento el cuerpo dormido. Comienzo a llorar sintiéndome completamente inútil, con mi magia intento atraer mi celular, tampoco funciona. Como puedo me arrastro por el suelo hasta llegar al móvil, marco el último número al que llame.

Cass, que sorpresa...

—Estuvo aquí, Damon —lo interrumpo—. Me inyecto algo, no siento mi cuerpo—intento regular mi respiración—. Buscaba en mis dientes, tal vez veneno de lobo o colmillos de vampiros.

Ya pasará el efecto —habla con enojo, frunzo el ceño—. Lo encontraré, me alimentaré de él y lo matare. Lo haré sufrir por tocarte.

—Damon...

Finaliza la llamada, maldigo internamente por llamarlo a él pensando en que iba a venir a buscarme. Estoy por marcarle a Stefan o Kol cuando el móvil se queda sin batería, esto es asombroso.

Pasan unos minutos eternos, mi cuerpo ya se acostumbro al frío del suelo, estoy por quedarme dormida cuando siento pisadas. Ruego para que no sea el cazador, abro los ojos y suelto un suspiro de alivio al ver una figura conocida.

—Viniste... —susurro asombrada.

—Tu me llamaste, sonabas algo desesperada —me carga en sus brazos y dejo escapar un suspiro de alivio—. Nuevo aviso, ya estás recuperada de milagro, no más hospitales.

—Gracias por venir, Damon.

—Siempre intentaré salvarte —acaricia mi mejilla—. Vamos a casa, debería haberte llevado a casa hace horas.

—Pueden regañarme mañana —suelto un bostezo—. Quiero descansar.

—Te llevaré con Stefan, estarás en casa pronto.

—Gracias —repito.

—No tienes nada que agradecer, Cass.

Escondo mi cara en el hueco de su cuello para luego quedarme profundamente dormida. Me doy vuelta sobre algo blando que reconozco como una cama, alguien traza caricias en mi cabello de forma tierna.

—Sigue durmiendo —escucho la melodiosa voz de Stefan—. Estás en casa, a salvo.

—No sentía mi cuerpo —susurro aún algo asustada—. Me sentí tan vulnerable, estaba sin poder defenderme.

—No tuve que haberte dejado allí sola, lo siento.

—Nos tenemos el uno al otro, pero también debemos aprender a defendernos solos —aclaro con delicadeza—. No soy tu responsabilidad.

—Siempre serás mi responsabilidad, mi mejor amiga —sonríe levemente—. La única que nunca se ha ido de mi lado.

—Y nunca me iré, lo sabes.

ᴍʏ ᴛᴇᴀʀꜱ ʀɪᴄᴏᴄʜᴇᴛ | ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora