Capítulo 11 🌼

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Cassie:

No he hablado con Damon desde ese beso de despedida, no quiero que piense cosas que no son, pues yo sigo enamorada de Kol. 

Siempre estaré enamorada de ese vampiro original.

Siguiendo con los demás, Jeremy está muerto y Elena está perdiendo la razón o eso me ha dicho Stefan ya que tampoco he ido a verlos. Rowan se disculpo múltiples veces por lo sucedido, su transformación fue involuntaria y nunca haría nada por intentar dañarnos.

Ahora estoy entrando a la casa de Klaus ya que me llamo con urgencia, según él tiene algo importante que mostrarme. Vine como no tengo nada importante que hacer, nada aparte de vomitar un par de veces por malestar estomacal.

Entrar a esta casa y sentir la ausencia de Kol hace que mi pecho duela y las lágrimas se acumulan detrás de mis ojos, pero no tengo tiempo de llorar. Corro a la cocina para vomitar en un basurero, adiós panqueques que me cocino Rowan.

—Hola, Kessy —saluda Klaus a mis espaldas—. ¿No me digas que ahora estás embrazada?

—Sí, y es tuyo —bromeo—. Idiota.

—Admite que un hijo nuestro saldría lindo y poderoso, como nosotros.

—Ja ja ja. No eres gracioso —volteo a verlo con molesta—. ¿Qué querías mostrarme?

Me pide que lo siga y lo hago a regañadientes, llegamos a su estudio donde tiene varias pinturas en la pared, tengo que admitir que es un gran artista.

—Tengo algo para ti.

No dice nada más, se limita a entregarme un pedazo de papel que se ve antiguo. Mis manos tiemblan levemente mientras lo abro, las lágrimas no tardan en acumularse en mis cuencas.

—Es un dibujo de mi con Stefan —mi voz sale en un susurro—. Por nuestras ropas es antigua.

—Kol me hizo dibujarte apenas te conoció en ese bar. Me hubiera negado a cualquier petición de mis hermanos, pero... —hace una pausa—. Te veías tan... viva y necesitaba, realmente necesitaba ilustrar esta imagen.

Levanto la vista sintiendo miles de emociones ante esa declaración. Kol quedo encantado cuando me conoció, no sabía que Klaus también. Los ojos del híbrido no se despegan de los míos y tiene una pequeña sonrisa en el rostro.

—Kol te amaba, incluso antes de hablar contigo —me recuerda, trago el nudo en mi garganta—. Esta carpeta es la muestra de aquello.

—¿Carpeta? —repito, me entrega una—. ¿Qué hay aquí?

—Mi hermano no tenía mis dotes artísticos, por lo que yo tuve que yo tuve que dibujarte como un millón de veces —lame sus labios—. Algunos son antes de conocerte.

—Él me veía en sueños.

—Sí, era tan molesto que hablara de ti, hasta que dejo de parecerme molesto y comencé a dibujarte —sonríe con diversión—. Eso lo hizo ponerse celoso.

—¿Por qué? —frunzo el ceño—. ¿Por qué me dibujabas?

—Porque nunca dibujo a las personas que no me parecen interesantes.

—Me hiciste sonreír —le concedo—. Gracias.

—Él hubiera querido que siguieras adelante, que fueras feliz —aparta un mechón de mi cabello—. Mereces ser feliz.

—¿Cómo voy a ser feliz si las cosas siempre se arruinan para todos nosotros?

—Lo serás un día, confía en mi —afirma con seguridad.

ᴍʏ ᴛᴇᴀʀꜱ ʀɪᴄᴏᴄʜᴇᴛ | ᴋᴏʟ ᴍɪᴋᴀᴇʟꜱᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora