CAPÍTULO XII

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CAPÍTULO XII

ERIC

El sonido de su celular fue lo que despertó a Eric de su agradable sueño, restregó sus ojos con el dorso de la mano y se estiró para atender la llamada.

-«¿Aló?».

Oyó la voz de su madre, que relataba velozmente los acontecimientos de su día en la boutique, de cómo muchas personas fueron, de cómo la felicitaron y muchas cosas más que Eric no le prestó atención... colocó el altavoz para hacerlo más fácil, para acordarse de lo que anoche había sucedido. A su lado, la cama estaba vacía, la morena al parecer se había marchado porque no había rastro ni de su ropa; Eric lamentó no haberle quitado su número de teléfono, aunque sea para volver a verse.

»-«¿Ahora? -inquirió al captar que su madre lo invitaba a comer-. ¿No puede ser otro día?».

Su madre lo sermoneó, diciéndole que era necesario celebrar -de nuevo- por su negocio. A regañadientes, Eric aceptó, yéndose al baño a alistarse y en menos de 15 minutos estar listo. Fue a la cocina a tomar agua, estaba como deshidratado, no por la reseca, sino por lo que había hecho con la morena... algo en el mesón llamó su atención, un pequeño papel estaba doblado y lo agarró para sonreír después de leerlo:

«Mi número por si quieres repetir o para salir».

-Esme.

[...]

Julio estaba encerrado en su oficina, haciendo transacciones y otras cosas, Eric no quiso molestarlo y se quedó en la sala de estar haciendo zapping, para buscar algo que llamara su atención en la televisión. No le gustaba molestar ni estar mucho tiempo en la casa, más que una de sus razones fue salirse de allí para no seguir soportando a Javier.

-Hermanito... -habló Javier, apareciendo y lanzándose a un lado de él en el sofá-. ¿Mami Norkis te invitó a su nuevamente celebración?

A Eric le molestaba muchas cosas, pero la principal era Javier, más su tono burlón, la forma en como decía las cosas, que siempre tenía un doble sentido y que siempre, adquiría una forma de actuar extraña, casi anormal enfrente de las demás personas.

-Tu sarcasmo está fuera de lugar, Javier -advirtió Eric, mirándolo a los ojos-. Deberías madurar...

-¿Y parecerme a ti? -interrumpió Javier. Eric vio las ojeras que traía, los ojos inyectados en sangre, como un drogadicto sin más; se acordó que había estado en la misma discoteca que él anoche y fumando sin parar-. Eso es lo que mi padre dice siempre... que pan de Dios eres, Eric.

-No soy un santo, Javier.

El chico sonrió ampliamente ante sus palabras, lo que hizo irritar a Eric, Javier siempre se burlaba a su costa, como si fuese su mejor entretenimiento.

-Lo sé, pero mi padre no lo quiere creer -comunicó Javier, de reojo vio hacia la oficina de su padre-. Pero tranquilo, haré que se siente orgulloso de mi y olvide a San Eric.

Eric vio a Javier alejarse, caminando muy bien, como si su rostro no fuese nada más que una máscara de mentiras y que aparentaba lo que no era cierto. No sabía cómo tomar las palabras de Javier, porque a fin de cuentas, era raro y medio loco, por lo que quitó esos malos pensamientos de su mente y sacó el número de teléfono de Esmeralda, riéndose le marcó, de verdad quería verla.

¿Qué tal todo?
Ay Dios, que molesto es ese Javiercito... Irrita demasiado a San Eric, digo al Eric xD


Daños Inolvidables 1: Sin Salida (Libro #0.5 Saga Daños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora