CAPÍTULO VII

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CAPÍTULO VII

ESMERALDA

Miércoles 13 de febrero, 2013.

    La discoteca estaba muy llena, Esme estaba celebrando su cumpleaños #19 junto a sus compañeros de clases, quienes la habían animado a ir por primera vez a una disco; no siempre debía pasar su vida estudiando, solo para complacer a su padre. Bailó junto a sus compañeros y amigos de éstos, para después irse a beber unos tragos y descansar en la mesa, mientras conversaba con sus compañeras.

   —Esme, feliz cumple —le susurraron en su oído.

   La piel se le erizó, rápidamente giró el rostro para encontrarse con los ojos claros de José, que le sonreía como si nada había pasado entre ellos. Hace un año le había terminado, al no poder soportar sus celos y su agresividad, muchas veces intentó lastimarla físicamente; lo que hizo terminarlo, fue descubrir que consumía drogas.

   —¿Qué haces aquí? —preguntó molesta.

   —Vine a divertirme.

   La morena no le creía, ya nada de lo que José dijera era verdad para ella. Se había dado cuenta que era un manipulador, un controlador y además, un mentiroso de lo peor.

   —Esmeralda, vamos a bailar —le pidió un compañero.

   —Amigo, ella está hablando conmigo —habló tajante José.

   —Oye, vino a divertirse no a hablar —contestó su compañero.

   Y lentamente, Esmeralda vio como José iniciaba la pelea.

[...]

   Su celebración acabó de prisa, José lo había arruinado de nuevo. José yacía con su cabeza en sus piernas, mientras ella le acariciaba el cabello y lo oía lamentarse, porque pese a todo, José había sido su mejor amigo, un apoyo incondicional para ella en sus peores momentos.

   —Esme, aún te amo —musitó José.

   La morena bajó la mirada para fijarse que en esos ojos claros aún veía aquel niño que muchas veces la abrazó cuando lloró por la muerte de su madre, por la ida de Ernesto o por la frustración de hacer todo lo que su padre dijera. Sin darse a pensarlo mucho, estaba besando a José, y cambiando de posiciones rápidamente, al él hacerla acostarse en el sofá y empezar a quitarle la ropa.

   Esmeralda tenía un dilema en ese momento, al no querer hacerlo con él nuevamente y al querer hacerlo, porque hacerlo haría que él pensara que volverían y al no hacerlo, la liberaría de él por fin. Sin embargo, ya ella estaba semidesnuda debajo de él, y ayudándolo a quitarse la camiseta, dejando al descubierto su torso pálido y flaco, porque las drogas lo estaban consumiendo ya; los tatuajes que tenían, no les veía sentido, pero hacían que su piel blanca contrastara con la tinta negra.

   Cuando José entró en ella, lo hizo sin cuidado, haciéndola gemir de dolor, cómo si fuese su primera vez, Esmeralda intentó detenerlo, clavando sus uñas en su espalda con fuerza, y tratando que sus palabras salieran, pero José la besaba con ferocidad, casi sin dejarla tomar mucho aire cada vez que podía. Lo sintió venirse dentro de ella, lo que la hizo aliviarse y apartarlo a un lado con una mala mirada que él ni comprendió. Lo primero que hizo Esmeralda al ver a José levantarse, fue vestirse e irse sin mirar atrás.

Hi!
¿Qué tal la lectura?
Wow... que debilidad la de Esme, pero tenía que disfrutar su cumple *guiño*
Nos leemos, pronto.

—Claire V. Rose.

Daños Inolvidables 1: Sin Salida (Libro #0.5 Saga Daños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora