CAPÍTULO III
ERIC
Barquisimeto, Estado Lara.
Domingo 16 de octubre, 2005.
Su madre había ido de compras, Eric hacía sus tareas, estar en el liceo era un reto para él, tenía más responsabilidades y deberes; los exámenes no eran tan difíciles, solo los de inglés o historia. La puerta de la casa donde vivían fue abierta, levantó la cabeza para ver entrar a su madre, pero no venía sola, un hombre catire* la seguía. Intrigado, Eric se puso de pie al lado de la mesa, observando como el hombre veía a su madre y como la ayudaba con las compras. Al cabo de un rato, ellos parecieron percatarse de su presencia y eso lo molestó.
—Ah, Eric... —dijo con cuidado su madre, pareciendo como si la hubiesen descubierto en algo indebido—. Te presento al señor Sandoval, mi jefe.
—Llámame Julio —habló el señor, con acento españoleto.
Eric asintió, sin moverse de su sitio y cruzándose de brazos, a la vez que no dejaba de analizar al hombre alto. Debía llevarle unos cuantos años a su madre, el cabello era rubio claro, con ojos claros que sin duda, cualquiera que lo viera diría que era gringo.
—Si quieres, ayuda a Eric con sus tareas —le dijo su madre al hombre, que asintió y sonrió.
La madre de Eric se perdió hacia la cocina, dejando a su jefe solo con Eric. Julio Sandoval, incómodo se acercó hasta la mesa y miró a Eric.
—¿Puedo...? —señaló hacia las libretas, Eric encogiéndose de hombros le contestó. Julio tomó una de las libretas, la de inglés y se quedó leyéndola—. Es fácil lo que te mandaron, ¿te ayudo?
—No sé hablar inglés, así que no creo que sea fácil eso —contestó Eric, sin hacer el intento de sentarse nuevamente—. ¿Usted sabe?
—Por supuesto —dijo Julio, cerrando la libreta—, aprendí de joven por los negocios de mi padre e incluso mi hijo también lo sabe hablar.
—Que afortunado.
—Eric, no seas grosero —lo reprendió su madre, que aparecía con vasos con jugo de naranja—. Javier el hijo de Julio tiene ocho, ¿cierto?
—Sí, ha crecido bastante. Se llevaran bien, estoy seguro —murmuró Julio, sonriéndole a Eric.
—¿Por qué deberíamos llevarnos bien? —requirió Eric.
—Porque Julio y yo estamos saliendo, Eric.
—Y tú y Javier deberían acostumbrarse a tratarse como hermanos —completó Julio Sandoval.
[...]
Domingo 23 de octubre, 2005.
Eric miró la gran casa con mucha atención, tenía muchos cuadros sin sentidos, los colores de las paredes eran tristes, y los inmobiliarios se veían que eran caros. De reojo, su madre sonreía como una adolescente a todo lo que Julio Sandoval decía, viviendo en su propia burbuja. Eric se sentía incómodo, por lo que se abrió paso por la casa y empezó a examinarla; fue a la cocina, donde estaba una señora de mediada edad inspirada en una novela mexicana, con mucho sigilo salió sin ser visto. En el patio, había un jardín muy espacioso y una gran piscina, que hizo a Eric reír por las cosas del destino.
—Quien diría que dejar mis clases de natación en Caracas no fue en vano —susurró para sí mismo.
Al solo culminar la frase, Eric sintió un gran empujón en su espalda, para después luchar contra el agua en sus pulmones y buscar oxígeno. Salió a la superficie con velocidad, recordando sus prácticas de natación y mirando hacia una de las esquina de la piscina, notando a un niño más bajo que él sonreírle con malicia. Eric salió con la ropa súper mojada, y con una ira increíble.
—¿Eric qué te pasó? —oyó a Julio preguntarle.
Al querer abrir la boca para responder, Eric miró al niño que se le adelantó.
—Se resbaló y cayó al agua, padre —contestó el mocoso, Eric apretó sus manos—. Deberías eliminar esa piscina, padre, es muy peligrosa.
—Tienes razón, Javier. Ahora mismo llamo a un amigo —dijo Julio, entrando a su casa e ignorando a Eric.
Eric observó al mocoso, que se encogió de hombros ante su mirada.
—¡Bienvenido a casa, hermanito!
*Catire: Persona blanca, con el cabello claro o rubio, extranjero.
Hello!
¿Cómo les va?
Ya vamos acercándonos /o/
No se desesperen.—Claire V. Rose.
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Daños Inolvidables 1: Sin Salida (Libro #0.5 Saga Daños)
Krótkie OpowiadaniaLa vida de Eric Montero cambia cuando su padre lo abandona y luego cuando su madre se vuelve a casar, ganándose un nuevo papá y un hermano, como si fuese poco. Aprende a trabajar duro y conseguir lo que quiere con esfuerzo, e incluso hasta el amor...