Gracias a las fiestas de Carlo, habían logrado conocer a uno de los más grandes mafiosos de la ciudad, y el hombre que su padre les había dicho que le iba a ayudar a trasladar las pirulas desde Italia hasta la bella ciudad donde su negocio se pondría en marcha, Marbella.
El cenizo se acercó a Toni y le acomodó bien la corbata deshaciendo el nudo si se podía decir así que el mayor se había hecho y volviendolo a poner con rapidez.
—Gracias…—Miro a su hermano menor y removió un poco su cabello logrando una queja del hombre.
—De nada, mucho jefe mucho yo mando pero no sabes ni hacerte el nudo de la corbata. —Se burló mientras se acomodaba el cabello. —Y Jose viene con nosotros y no es pregunta.
El andaluz había pasado a formar parte de la organización, tras conocer a Carlo de fiesta y verse en algunas celebraciones más organizadas en el molinillo, el moreno se quejo que no tenía trabajo y el de ojos azules le contrató en el Kerule y en la mafia, se podría decir que Heredia era su primer empleado.
—Bien como sea, hemos quedado en el Pier con el chino ese que conociste, y como no sea el contacto de papa le meto un tiro, que sabe demasiado.—Acomoda su saco y toma una pistola de encima de la mesa para guardarla en su cintura, a mano por cualquier tontería que a el chino se ocurriera hacer.
—Dudo que pase algo, aunque llevo mi navaja por si acaso. —Toni por el momento era el único que sabía manejar un arma de fuego, esperaba enseñarle a su hermanito poco a poco, sin prisas, no debias tener prisas si tenías un arma mortal en tus manos y eso era algo que había aprendido por las malas de sus progenitores.
El timbre interrumpió sus pensamientos, escondió un poco mejor la pipa y abrió la puerta desvelando a Jose, el cual les miraba con una leve sonrisa. —Traje el coche.
—Bien vamos. —Tomando tres máscaras de encima de la mesa se acercó a los otros dos y se las entregó. —Hay que ponernos apodos, tu Toni serás Poni, Jose Pollo y yo seré Pato.—Aunque los otros dos se quisieran quejar de los apodos tan ridículos que le menor de los Gambino les habían puesto, el hombre sali con rapidez de la casa, dejandolos con las palabras en la boca y un claro mensaje, que se callaras.
Subió al coche en la parte de atrás y suspiró, algún día él conduciría el coche, pero no era el momento, no tenía carnet y con suerte sabia arranca el vehiculo, Jose subió de piloto y su hermano mayor de copiloto, el cual marcó el punto de encuentro en el GPS dando rienda suelta al andaluz para que se pusiera en marcha.
La conducción empezó mientras los tres hombres se mantenían en silencio, Carlo porque estaba mirando su teléfono móvil, Toni porque observaba la ciudad por la ventanilla y Jose porque debía conducir bien para llegar sanos y salvos al Pier.
Tras minutos conduciendo el coche se detuvo delante de varios coches negros y personas delante de los mismos, era obvio que con ellos habian quedado, bajaron de el coche del andaluz y se colocaron frente a los posibles aliados sin recordarse de un pequeño detalle, ponerse mascaras, cuando Carlo se dio cuenta del error ya era demasiado tarde, los otros ya habian visto sus caras.
—Toni Gambino, un placel. —Los ojos del rubio viajaron hacia quien había hablado minutos atrás frunciendo el ceño, él conocía a ese tipo, era uno de los socios de su padre, un socio que le tenía ganas y mucha veces tuvo que negarse a sus insinuaciones con doble sentido.
—Joder Hai cuanto tiempo, si sabía que eras tu quien ni venia. —Bromeo el mayor acercándose a él y abrazándolo rápidamente, aunque era un guarro, el chino sabía hacer bien su trabajo y eso era lo que en ese momento le importaba, a él y a su hermano.
—Que glacioso Toni, tengo lo vueltlo así que me tendlias que vel si o si. —Soltó una risa y abrazó con fuerza al hombre en su brazos.
—Bueno bueno pues danos lo nuestro anda Hai—Carlo desde lejos pudo notar la incomodidad en su jefe, y quería salir de ese lugar, si era posible vivo y con la droga que les pertenecía.
—Tlanqui Carlo que ahola os lo doy, que tienes mucha plisa ¿No? —Soltó el abrazo que tenía con el Gambino y miró a sus hombres. —Antes os plesento, Toni él es igol, igol Toni y Carlo, los Gambino.
—Un placier. —Escuetamente saludo a los hombres y miro al de pelo púrpura el cual había tomado un porro de su bolsillo y se lo había empezado a fumar.
—Él es José, nuestro empleado, José atiende. —Le presentó Carlo, asustando al hombre y logrando que el porro escapara de sus labios directamente al suelo.
—Estoy atendiendo, a Hai ya lo conozco y al puto robot también. —Dijo de manera simple mientras se agachaba y tomaba el porro nuevamente en sus labios dándole una nueva calada.
—Putio serás tú gilipiollas que tiene la cabeza llenia de humo. —Le respondió Igor mientras se cruzaba de brazos.
—Sisi lo que sea la droga. —Toni cortó la discusión que ambos iban a tener y miró al asiático.
—El plimer envío ya está pagado a paltil de aquí me lo pagáis vosotlos.—Tomo un maletín y se lo extendió al heredero el cual lo tomó. —Son 500 pilulas las que pagó tu padle.
—Bien pues Carlo y José nos vamos. —Agarró el maletín y lo abrió sonriendo en grande al observar las bolsas llenas de pirulas que en este había, era hora de montar su imperio junto a su hermano.
Cerró el maletín y entró en el coche seguido de los otros dos, los cuales se había quedado observando al ruso robot que acompañaba al asiático, uno por qué tenía curiosidad por el mismo y el otro porque tenía ganas de arrancarle la lengua, José tenía problemas anteriores con el hombre si se le podía llamar así a Igor.
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1032 palabras
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Carlo Gambino Month
FanfictionUn mes enteró sobre Carlo Gambino Si tu eres el autor o autora de el fanart de la portada dímelo y te daré los créditos correspondientes Espero que la disfrutéis Mucho drama