Aunque ambos Gambino confiaran en Jose, su nuevo empleado, no confiaban en los que a este mandaba, entre los que había varios miembros de la familia del andaluz y amigos muy cercanos, lo cual aunque confiara en ellos hacían errores, y muchas veces muy gordos y él como jefe de los empleados debía comunicárselo a sus jefes.
—Jefe.—Le llamó al cenizo el cual levantó su cabeza de su teléfono con el que chateaba con una tal Sabrina, que días atrás había conocido de fiesta.
—Dime.
—Han perdido un cargamento… de 125 pirulas, las tiene Garcia. —Suspiro mientras aprieta sus manos, aunque la droga la tuviera uno de los tantos policías corruptos que había en malla de la ciudad, la droga se tenía que haber vendido hacía días y en manos de Garcia sus pirulas no avanzaban.
—Diles que vengan a las cárnicas, hablaré con ellos. —Volvió sus ojos a su teléfono para contestar de nuevo, su hermano Toni no se encontraba en la ciudad y el se iba a tener que hacer cargo de ese error fatal, que les podía haber costado la vida a la organización que con mucha suerta había empezado a surgir, era su momento de hacerle ver a Hai y los demás que él era el jefe tanto o más que su hermano mayor.
—En media hora y tú también vienes. —Se levantó del sofá y caminó hacia la cocina, donde tomó algunos cuchillos y los guardó en su chaqueta, aunque siempre llevara su navaja con él, querían divertirse con los empleados y preferían algo más grande. —Te espero en el coche.
Salió de la casa y tras romper la ventanilla del coche de el hombre de pelo púrpura forzó la puerta y entró sentándose en la asiento de copiloto, aún no era el momento de conducir el, aun no tenia el carnet y aunque supiera donde estaban las cosas no era el mejor conduciendo, prefería esperar un poco más.
Heredia subió al coche y suspiro al observar los cristales sobre el suelo del coche, su jefe tenía formas muy raras de entrada a los coches, y si él le llamaba la atención por que al ifn y al cabo era un coche él le respondía con ‘’Es tradición en Italia’’ y el aunque muchos le consideraban que era bobo sabía que esas palabras eran falsas pero eso a su jefe Carlo no se lo iba a decir.
—Bien pues vamos anda. —Ordeno el cenizo mintras bajaba su telefono y lo guardaba, ese hiba a ser su momento, por fin era su maldito momento, la hora de que Carlo Gambino trinfura, que dejara de ser solo el hermano pequeño del lider de la organizacion, le hiba a explicar a todos que el tambien mandaba y para eso necesitaba mandar unos mensajes a Hai para que este tambien viniera a las carnicas, quiza despeus de la tortura y el asesinato que planaeba hacer el puto chino el tomaria en serio de una vez.
—Voy a decirle a Hai y los demás que vengan también.—Aviso a su acompañante mientras escribía en su teléfono con rapidez, explicando lo que había pasado al asiatico y el lugar donde se hiban a reunir, tambien mandó algunos mensajes a García quien debía tener la droga en su poder, droga que después de hacerles entender a al familia de José que con sus pirulas no se jugaba, la recogeria.
El español simplemente suspiró, su familia se lo merecía, por lo que le había explicado Garcia los había encontrado densudos bailando en la entrada del casino y con bolsas y bolsa de las pirulas en la moto, la cual estaba abierta, se habían equivocado en todo y ellos necesitaban un castigo y si ese castigo era la muerte ellos se lo habían buscado, era su culpa lo que iba a pasar.
Los minutos pasaron y el vehículo se estacionó delante de la puerta de las cárnicas, del que bajo su atractivo jefe envuelto en su habitual traje, el italiano atraveso las puerta de las cárnicas y tras saludar a Hai e Igor que graciasa sus mensajes había venido fijos su vista en los dos desconocidos, los que suponía que eran los culpables de que su pirulas estuvieran en manos de la policía, se acercó a los mismos se cruzó de brazos.
—¿Y mi puta droga? —El tono serio que salió de sus labios no dejan lugar a tonterías o burlas.
—Emmm… ¿Quien coño eres tú?—La mujer habló cruzándose también de brazos, aunque aterrorizada por dentro, ellos la habían cagado y lo sabían pero no hiba a dejar que cualquiera les hablara de esa manera exigiendo respuestas.
—El prima es mi jefe, y el dueño del droga que habéis perdido. —Le explico con calma aparente el de pelo púrpura que había entrado en el lugar justo a tiempo para detener la pelea que iba a iniciar.
—Hostia…
El italiano alzó una ceja y les miró serio, su momento había llegado.—De rodillas los dos.
La pareja sabia que no podían discutir con el de ojos azules se colocaron en la posición ordenada, si ese iba a ser su fin al menos hiban a estar juntos en eso, aunque la mayor parte de la culpa la tuvieron a la mujer, ambos iban a pagar y si tenía que morir lo harían juntos.Carlo se acercó a ambos y tomó uno de los tantos cuchillos que había tomado prestados de su casa, le hizo un corte en la frente profundo a la mujer y soltar una risa escuchando su grito. —Por vuestra puta culpa mi droga ha desaparecido putos inútiles de mierda. —El mismo corte fue hecho en la frente en el hombre que está de rodillas aunque este suplicara para que no le tocaran.
—Chino la pipa con esto no los mato. —Miro al asiatico y extendió su mano, en la que minutos después reposó la pistola, había visto miles de veces a los demás usarla, no debía ser tan difícil.
Se acerca a la pareja y coloco el cañon de la pìpa en la frente de la mujer de canas, suspiro, hiba ser su primer asesinato y aunque nnca se habia imaginado que el dia hiba a llegar era la hora de apretar el gatillo. —Nuestro circulo es pequeño, somos leales hasta el extremo y nunca, repito nunca nos dejamos joder.
Apretó el gatillo con todo la fuerza que había en su cuerpo y luego repitió la misma acción en la frente del hombre, para soltar la pipa tirándola al suelo y suspirar, él lo había hecho, había matado a dos persona que aunque no fueron inocentes tenían vida por delante, él los había matado.
—Muy bien Carlo tu padle estalia orgulloso de ti. —Sin escuchar esas palabras el de ojos azules salio del lugar sin hechar la vista atras, el habia matado a dos personas, no era el momento de aguantar al puto chino. Había cometido sus primeros asesinatos y tenía que pensar muy bien lo que había hecho.
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1168 palabras
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Carlo Gambino Month
Fiksi PenggemarUn mes enteró sobre Carlo Gambino Si tu eres el autor o autora de el fanart de la portada dímelo y te daré los créditos correspondientes Espero que la disfrutéis Mucho drama