10-La nave, el huevo y el hombre

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Estaban todos reunidos en las cárnicas, la mafiosa Gambino con su empleado Jose y la mafia de Hai con Igor y Fedor a sus lados, una reunión muy seria en la que les iba a hablar de nuevos materiales que gracias a los rusos habían llegado a Marbella.

—Milad esto es un Bog donde se fuma la hielba que hemos tlaido de Colombia os gustala tomal plobal.—Les extendió el objeto en su manos y Carlo lo tomó sin saber muy bien cómo se usan y lo que tenía que hacer para que la droga entrara en su cuerpo.

Acercó su boca la boquilla del instrumento y le dio una gran calada al mismo, logrando caer al suelo de espaldas.

—Carlo Carlo ¡Carlo! —Gritó el mayor de los Gambino mientras tomaba en brazos a su hermano menor.

—Se le pasala en un lato mientra hablemos de negocios. —Los ojos de Toni se fruncieron en uan gran mueca al escuchar eso, su hermano se habia metido quien sabe que y el puto chino queria hablar con el de negocios.

Los ojos de Carlo se abrieron aunque estos estuvieran rojos y soltó una risa. —Un huevo con patas...—Volvió a reír sujetándose el chaleco y quitándoselo sin darse cuenta que estaban en mitad de una reunión, en la que Toni estaba discutiendo con el chino y Jose se había alejado de ellos para fumarse un buen porro, dejando sin vigilancia al italiano drogado.

Italiano el cual se levantó del suelo y salió corriendo del lugar sin saber a dónde y sin tomar en cuenta que estan en mitad de una ciudad, en la que los coches pasaban a toda velocidad, siendo pocos los que respetaban los semáforos en rojo.

El de ojos azules atravesó la calle llevándose, algunos pitidos se calló de nuevo en la acera mirando sus manos las cuales por suerte había logrado apoyar antes de que su cabeza se estampara contra el suelo, al menos seguía teniendo reflejos, aunque sus manos habían empezado a desvanecerse a su vista, primero un dedo después el otro hasta que los cinco dedos de su mano derecha se esfumaron de la vista de el hombre.

Los dedos de su otra mano también comenzaron a desaparecer alertando al hombre, se iba quedar sin manos, con esfuerzo se logró levantar del suelo y alzó la vista, si veía arriba no vería cómo su mano desaparecía y como el resto de su cuerpo ya dejaba de contestarle.

Sus ojos pudieon apreciar un cielo de color verde y como una nave atravesaba el mismo, el vehiculo se detuvo frente a Carlo y extendio una escalera ante la vista del cenizo, escalera por donde comenzaron a bajar los mismos huevos que momentos atras cuando se encontraba en lo que para sus ojos rojos, culpa de la droga, era una carcel y en la que un huevo con patas le habia ayudado .

Los huevos con patas y con gorros ridículos en sus cabecita se acercaron al hombre que minutos atrás le había desaparecido la mano y tomaron la muñeca de su extremidad derecha, en la que el Italiano solo podía ver cómo la manga de su camisa se acababa sin lograr ver su mano, los huevos se formaron y dejaron pasar a un huevo un poco más grande que los otros y con una ridícula corona en su cabeza, Carlo se tiró de rodillas al suelo y observó al huevo que se acercaban a él, soltó las manos de los otros huevos de su brazo y acercó donde debería estar su mano a su boca, la metió en la misma y la saco.

—Tengo mano... oh señor huevo le amo...—Acercó su mano llena de babas de color naranja a su boca y dejo variso besos en sus dedos, el huevo con corona le habia devuelto la mano.

—Tu eres el hombre elegido para buscar mi nave perdida, tu la debes buscar y devolvermela. —Salió de los labios que segundos atrás había chupado su mano y había logrado que éste apareciera, le debía su mano al señor huevo, así que le haría caso y encontraría esa nave que el huevo de corona estaba buscando aunque no tuvieran ni la más remota idea de donde podria estará la nave.

—Eres el hombre elegido y nos tienes que hacer caso sino acabaras como él. —El huevo señaló a un huevo, el cual tomó a un hombre de dentro de su nave y lo lanzó al cielo verde, transformándolo en un destello, el hombre había desaparecido y la amenaza de esos seres aunque drogado Carlo la habia entendio perfectamente, debia encontrar la nave o si no desaparecería en el cielo gracias a los huevos.

—Ahora cierra los ojos hombre de mano babeada. —El Gambino menor obedeció al enorme huevo que había frente sus ojos, el cual llevó su manos hacia la frente del chico y le dio un sonoro golpe en la misma logrando que un quejido saliera de los labios de Carlo, el cual abrió sus ojos.

Bajo la cabeza al ver la mueca de disgusto del enorme huevo y pudo observar nuevamente como sus manos desaparecen esta vez con una rapidez mayor a la de momentos atrás, en solo unos segundos toda su mano había desaparecido.

—Busca la nave Carlo. —El huevo mandón se dio la vuelta y subió las escaleras hasta la nave seguido de los otros huevos dejando al mafioso en el suelo y observando cómo su cuerpo se iba desvaneciendo con rapidez.

Cuando lo que estaba logrando desaparecer su cuerpo llegó a su pecho gritó desgarrándose la voz, dolía y mucho, llevo donde debían estar sus manos a su pecho y lo apretó con fuerza mientras cerraba sus ojos, si ese era su fin era un buen final.

—Ya despierta mirad. —Una voz muy conocida por el cenizo llamó a los demás en la habitación los cuales se acercaron a la camilla donde el menor está postrado.

—Carlo abre los ojos anda soy Tonia despierta. —¿Quien cojones era Toni? A si su hermano, se había olvidado por un momento quién era, en su cabeza solo está el huevo con corona mandando buscar la nave.

—¿Buena ehhh? —La horrenda voz del chino logró que el cenizo abriera los ojos y se dieran cuenta que estaba en un hospital, esas luces tan blancas sobre el techo solo podían estar en un lugar así.

—El huevo, la nave y el hombre... ¿Dónde están? —Fue lo primero que salió de sus labios.

—Este sigue drogado, anda Carlo duerme un poco más. —Como si de una orden se tratara cerró sus ojos ante las palabras de Toni y cayó en un profundo sueño en el que no había naves, huevos, hombres que desaparecen y cielos de color verde.

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1128 palabras

Carlo Gambino MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora