Carlo Gambino Month

30-Familia

El momento de que el Gambino conociera a la familia de su chico había llegado, por suerte para él conocería a padre, madre y hermano a al vez y en un mismo día, su chico había logrado convertir a los tres de que se comportaran y le dejaran presentar a su novio con respeto y educación.

Tania estaba siendo cuidada por Andres y el Cejas así que podían estar todo el tiempo que quisieran en el departamento de Jack Conway, padre de su chico y su futuro suegro, y además de todo eso superintendente de la ciudad, definitivamente debía llevarse bien con el mayor.

En el departamento también estaba el hermano de su chico, un tal Gustabo el cual también era policía, aunque a ese ya lo conocía, le había detenido en algunas ocasiones, pero nada que con algunos euros no se pudiera solucionar, y con los que su historial estaba impecable para conocer a la familia de su próximo esposo.

Y por supuesto y no menos importante Julia, la madre de el de cresta y ex esposa del superintendente de la ciudad, una mujer de la cual su chico hablaba maravillas de ella y confíaba en que tendrían una relación extraordinaria.

Toco el timbre del departamento mientras apretaba la mano del francés entre la suya, el cual simplemente le sonrió y besó su mejilla. —Todo estará bien cariño ya verás.

—Eso espero mi amor... —Antes de que pudier acabar la frase la puerta se abrio revelando a quien debia ser Julia, una mujer alta con los ojos verdes y una larga melena de color rojo fuego, con un rostro redondo, labios carnosos y decorado con un leve labial rosa, junto a algunas pecas que adornaban sus mejillas, ya sabia de donde habia sacado la belleza su novio.

—Pasad pasad anda que a Jack le está dando algo por esperaros. —Les dejo pasar y cerró la puerta observando al novio de una de sus hijos. —¿Carlo verdad?

—Si, Carlo Gambino un placer señora Conway. —Se acercó a ella y dejó dos besos en sus mejillas.

—Señora Evans, no volveré a llevar el apellido de ese gilipollas en la vida, o simplemente dime Julia. —Tras esas palabras el de ojos azules se dio cuenta que la cena que su prometido había organizado iba a estar plagada de tensión entre los ex esposos.

—¡Te estoy escuchando!—El grito del superintendente alarmó al mafioso el cual logró un salto de su parte, definitivamente no habían acabado su relación de la mejor manera, no tenían ningún problema en gritarse el uno al otro con sus hijos y novio de uno de ellos delante. Si en algún momento ellos dejaban su relación esperaba no gritarle a Horacio frente a Tania y mucho menos si en ese momento estaba a punto de presentarle a su prometido o prometida.

—¡Papá he venido con Carlo! —Le contestó su chico y empezó a caminar hacia el salón mientras arrastraba al cenizo.

—Ya lo sé Horacio, solo que tu madre está jodiendo solo por el divorcio y el nuevo novio. —Se levantó del sillón donde estaba, se acercó a la pareja recién llegada y observó a Carlo de arriba a abajo, la cara de ese hombre le sonaba y bastante. —Tu y yo ya nos hemos visto.

—No, no creo. —Mintió mirando al superintendente.

—Si lo hemos visto papá. —Habló por primera vez el rubio levantando su mirada del teléfono móvil que tenía en su mano. —En la fiesta de Tiffany ¿Recuerdas?

Un leve suspiro salió de los labios del italiano, si él había estado en esa fiesta y esperaba de verdad que el mayor de todos no se acordara de las veces que le había arrestado por culpa de algunos errores de él mismo o de sus amigos.

—A si la fiesta es de inauguración de su programa. —Dio un paso hacia atrás y se volvió a sentar suspirando y mirando a quienes estaban ahí presentes. —¿De dónde eres Carlo?

Sabia bien que el interrogatorio había comenzado, se sentó en uno de los sofás junto a su chico y miró a quien iba a ser su suegro. —Soy italiano pero viví algunos años en Marbella.

—Marbella ehhh lindo lugar ¿Tu novio nuevo te llevó a Marbella Julia o aun no te saca de Londres? —Hablo burlón mientras tomaba un cigarrillo de su chaqueta y se lo llevó a su labios encendiendo el mismo.

—La verdad no, pero al menos él si me hace caso y no se la pasa trabajando y jugandose la vida cada maldito día.

—Mama ya suficiente, que le prometéis a Horacio que no ibais a hacer tonterías. —Se quejó quien en algunos meses sería su cuñado y logró un suspiro de la progenitora la cual asintió poniendo los ojos en blanco. —Y tu papá también coño comportate.

—Que si que si pero empezó ella diciendo que no era más que un gilipollas y que odia mi apellido.

—Yo odio tu apellido. —Hablo el de cresta mirando a su padre serio.

—Ya tu odias todo de mi. —Habló el policía mayor tomando una calada de su cigarrillo y soltando el humo de sus pulmones. —Igual que tu madre.

—Hombre papá normal, tu te follaste a mi profesora del instituto y ella me obligó a llamarla mamá en clase, no te haces una idea de lo mal que lo pase por tu puta culpa. —Hablo con una mueca observando a su padre, y logrando que un silencio llenara la habitación, ese tema él algo muy sensible para la familia, y el hecho de que lo soltara de una manera tan fácil delante de su novio significaba solo una cosa, amaba realmente al hombre y le daba igual desvelar un secreto así.

—....¿Y que vamos a comer? —El Gambino observó al hermano de su novio y sonrió levemente, tras esas palabras de el de pelo azul necesitaba que alguien cambiara de tema y ese era el tema perfecto para que la atención se desviara.

—Pedimos comida china, no se si te guste Carlo si no te pedimos algo más. —Respondió la única mujer en el departamento.

—No te preocupes Julia eso está bien, no hace falta que pidas más. —Le sonrió y tomó la mano de su chico para apretarla.

—Papa, mama, nosotros nos vamos a casar, y nos da igual si no quereis lo vamos a hacer. —Hablo serio el menor de los hijos observando a quienes consideraba su familia.

—Bueno bien por vosotros, solo espero que no acabéis así. —Se señaló a sí mismo y luego a su ex mujer la cual puso los ojos en blanco.

—Nosotros también lo esperamos. —Habló la pareja a la vez.

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