Si el final de su vida era ese el lo aceptaba, le hubiera gustado despedirse bien de su niña de ya 12 años y de su marido, pero sabía que las cosas nunca son como uno las desea. Tras ese pensamiento no hizo más que suspirar y observar a los agentes adornados con una placa que ponía tres letras que siempre había temido FBI, ellos habían logrado dar con su base de operación y donde desde años atrás se movía toda la droga de la ciudad, el mejor sustento de su hogar.
Él debía haberse dado cuenta que las cosas no iban bien con la desaparición de Andres y el Cejas, pero que no dieran señales de vida por algunos días no era extraño.
—Carlo Gambino... —Al escuchar su nombre levantó la cabeza y vio como una pelirroja en tacones y traje sastre le apuntaba con una pistola. —Llevamos años buscándote Gambino.
La verdad esas palabras no le sorprendieron en lo absoluto, hacía años que era el rey de la ciudad sobreviviendo a base de negocios ilegales y eso sin olvidar los años en Marbella, llenos de atracos y venta de drogas, que el FBI le encontrara no era más que cuestión de tiempo.
—Matame cuanto antes anda, y avisa a mi esposo... se llama Horacio seguro encontráis algo de él en la base de la policía, es comisario... —Bajó la cabeza y observó su anillo de casado, ese pequeño aro de oro que envolvía su dedo anular derecho donde días antes de darse el sí quiero frente al altar había grabado el dia que habia pisado por primera vez la ciudad en la que conocio a su chico y amor de su vida, años habían pasado de eso y no se arrepentía de nada de lo que había sucedido en la capital inglesa.
—¿Horacio? —La alta mujer pelirroja apoyó el gatillo del arma empuñaba sobre la frente del italiano. —¿Horacio Perez Conway?
—Si... e-el es bueno... diganle que morí por una gilipollez... —Suspira mientras miraba sus rodillas contra el suelo y apoyaba sus manos contra las mismas, su hora había llegado. —Él lo creerá, sabe que siempre cometo errores... y que uno me mataría.
—Joder... es el peor momento para esto... pero un placer Carlo soy Michelle Evans, la tia de tu esposo. —Apretó el cañón de la pistola contra la frente del hombre.
—Un placer conocerla señora Evans supongo ¿Me mata ya? —No era el momento de una reunión familiar, solo quería salir de ahí, daba igual si vivo o muerto. —Y si no ¿Me puede ir?
La pelirroja soltó una risa y alejó un poco el arma del hombre arrodillado ante sus pies. —No te voy a matar aunque te lo mereces... no voy a joder tanto a mi sobrino, te aviso que esto unicamente lo hago por el, sino fuera por que eres su puto espso te pegaba un tiro como e echo con tus amiguitos. —Guardó la pistola en su cinturón y miró a uno de los tantos agentes que le acompañaban. —Tu llama a Jacky y que meta a la cárcel a este gilipollas, 25 años serán lo suficiente para que ni se le ocurra volver a vender cualquier cosa.
Dio un paso más hacia el italiano y con rabia pisó la mano del hombre que está sobre una de las rodillas, logrando un grito de dolor de su parte.—Solo lo hago por él que te quede claro.
Fue lo único que dijo la mujer antes de empezar a caminar por los pasillos del lugar hacia la salida, dejando a sus compañeros junto al mafioso, ellos tenían órdenes claras no harian tonterías, sino sus sesos se esparcerian por todo el suelo del lugar.
Carlo fue levantado del suelo y esposado con fuerza, fuerza más de la necesaria y sus muñecas lo notaban, al parecer las órdenes de quienes suponía que era la jefa no le habían sentado de la mejor manera al agente, aunque a decir verdad a él en su lugar tampoco le habria causado felicidad dejar libre a un mafioso como lo era el.
Fue arrastrado por la cadena que unía sus muñecas por toda la casa hasta la salida, donde sin ningún tipo de suavidad lo subieron a la parte trasera de una camioneta logrando un quejido de su parte, había caído sobre las esposas, definitivamente odiaba al agente que le ha colocado las mismas.
El vehículo se puso en marcha, suspiro incorporándose y sentándose en el suelo observando las argollas de metal que envolvían sus muñecas, al menos no le hiban a matar, cosa que agradeció, podría ver a su pequeña niña crecer aunque fuera a través de unos barrotes y con guardias vigilandolos, todo era mejor que morir.
El conductor siguió su rumbo ajeno a los pensamientos del italiano, hasta que pudo observar como las puertas de la cárcel se abrían, las atravesó y aparco el vehículo, logrando que el cenizo sufriera un empujón contra la puerta del automóvil y que un quejido saliera de sus labios.
La puerta fue abierta minutos después por alguien que el hombre conocía muy bien, su suegro está justo delante de él, con una mueca en su labios y un cigarrillo a medio acabar colgando de estos, agarró la cadena que unía las esposas y lo bajo de la furgoneta con la misma delicadeza con al que minutos atrás le había subido, es decir ninguna.
—Pense que era broma pero no, realmente han encontrado a mi querido yerno en una base de operaciones de droga. —Todos los presentes pudieron notar el sarcasmo en la palabra querido, Carlo no hizo más que poner los ojos en blanco, para él no era sorpresa que su suegro le odiaba. —Pues en sólo 25 añitos para ti ya veras como a Horacio le va a encantar saber eso.
—Joder suegro...
—Callate y camina. —Ante esas palabras el italiano solo pudo obedecer y caminar hacia la puerta de la cárcel, listo para ingresar a su hogar en los próximos 25 años.
Rápidamente fue ingresado en la prisión, camino acompañado del padre del amor de su vida hasta la celda y él mismo le encerró en el cubículo.
—Pudrete.
Definitivamente 25 años en la prisión le daban tiempo para pudrirse por alegría de el mayor y esperaba que en esos años, su hijo menor encontrara una persona que él amara y respetara y que no fueran mafioso.
Ahí acabó la historia de Carlo Gambino, ya que pocos meses después le apuñalaron hasta la muerte uno de los prisioneros entristeciendo a toda su familia incluido a su suegro, uno de los culpables de que el italiano muriera en prisión.
Aunque por fortuna para él, su pequeño hijo encontró un nuevo amor, un tal Igor que no sabía hablar bien, al menos no era un mafioso ¿No?
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1135 palabras
Le tenia que dar un buen final y si e acabado llorando escribiendo esto
Nos vemos en otra historia <3
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Carlo Gambino Month
FanfictionUn mes enteró sobre Carlo Gambino Si tu eres el autor o autora de el fanart de la portada dímelo y te daré los créditos correspondientes Espero que la disfrutéis Mucho drama