Carlo Gambino Month

2-Adolescencia

En ese momento Carlo era el chico más feliz del mundo, le acababan de dar una beca en artes, pero no una beca cualquiera, él era apto para irse a Roma a estudiar lo que durase la carrera, solo tenido que pagar la casa donde se quedaría.

Sus padres le dejarían que fuera a estudiar, así se deshacían de él bastante tiempo y no les molestaría a ellos o al heredero, era una oportunidad en la que todos ganaban.

Entró en la casa y con rapidez camino al cuarto de su hermano, aunque Toni fuera el heredero y él viviera celoso de toda la atención que le daban se había dado cuenta que sus ''queridos padres'' no querían más que un empleado más que les llevará al éxito.

Tras tocar la puerta y que el mayor le dejara entrar, Carlo se acercó al rubio con el papel en su mano.—Toni Toni Toni Toni me dieron una beca.—Le dijo con una enorme ilusión en su tono de voz, que le dieran una beca significaba que era bueno en algo ¿No?

—¿Así?—El heredero tomó el papel que su hermanito tenía en las manos y observando lo que en este estaba escrito sonrió en grande. ''Carlo Gambino usted ha sido aceptado en RUFA universidad donde estaremos encantados de enseñarle bellas artes'' eso seguido de los datos de la universidad y los de Carlo era lo que tanto había hecho feliz a su hermano.

—Además es en Roma, me iré a Roma Toni—Se tiró sobre la cama de la habitación mientras la sonrisa no desaparecía de sus labios, había valido la pena todas las noches en vela estudiando y trabajando.

—Voy a empezar con los tratos complicados.—Susurro logrando intercambiar la enorme sonrisa de los labios de su hermano por una mueca triste, sabía lo que eso significaba, él tendría que quedarme por si acaso a Toni le pasaba algo, para donar su cuerpo para que el heredero estuviera bien. Aunque por una vez en su vida quería ser egoísta y hacer lo que quisiera, que era estudiar bellas artes en la RUFA, varios de sus amigos también habían sido aceptados y seguro que irían, pero él no, sus padres posiblemente no querrían que el donante de Toni se alegra tanto.

—Oh... —Fue lo único de logro escaparse de los labios del cañizo, sus sueños se habían roto, el no podria estudiar bellas artes, al igual que su hermano Toni no pudo estudiar medicina, él no podía estudiar bellas artes, aunque quizá y con suerte sus padres le dejaron estudiar algun otra cosa, Toni estudiaba economía, quizá él podía hacer lo mismo que su hermano, economía no debía ser tan difícil.

—Preguntales a ver a Carlo, pero dudo que te dejen irte tan lejos a estudiar, la nonna si te dejaría pero ellos no son la nonna...

—No hables de ella, no te mereces llamarla nonna, nisiquiera fuiste a su maldito entierro, asi que callate la boca joder Toni. —Le interrumpió el cenizo mientras se levantaba de la cama cabreado ¿Como se atrevía ni siquiera nombrar a la mejor persona de esa horrible familia?

—Por qué no me dejaron Carlo te lo he explicado mil veces, yo si quería ir pero ni papá ni mamá me dejaron salir de la casa.—Le intento explicar el rubio mientra su menor salió de la habitación, tras tomar su amado papel cerrando de un portazo, iba a hablar con su padres y espero que le dejaran irse a Roma, que lo que acababa de decir su hermano no fuera real.

Con pequeños pasos camino hacia el salón donde las personas que le habían dado la vida estaba, entró y les observo a uno y al otro con rapidez mientras cruzaba sus dedos y rezaba todo lo que sabía, ellos deberían aceptar está oportunidad par deshacerse de él, era lo que siempre habían querido ahora el momento de por fin hacer realidad su deseo más querido.

—Padres me dieron una beca. —Hablo bajando la mirada y dándose cuenta que había sido muy mala idea, era obvio que no le dejaría irse a Roma.

—Aja.—La rubia mujer desplazó sus ojos de la revista de cotilleos y observó a su mayor decepción.—¿Y?

—Sería para estudiar en la RUFA la universidad de bellas artes de Roma, todo el tiempo que dure la carrera yo estaré allí, y vosotros aquí con Toni entrenandolo y haciéndolo feliz...—Les explico mientras apretaba con algo de fuerza el papel en su manos.

—No.—El patriarca de la familia habló sin despegar sus ojos de su teléfono móvil. —Toni va a empezar con las misiones y tú te tienes que quedar aquí por si algo malo pasa, no seas egoísta Carlo es tu hermano y tu futuro jefe.

Mentiría si decía que esas palabras le sorprendían, Toni le había dicho minutos atrás que eso pasaría, y aunque doliera ya está acostumbrado a las punzantes palabras de las personas que él llamaba papá y mamá.

Fabio se levantó del sofá y se acercó a su hijo pequeño para rápidamente tomar entre sus manos el tan preciado papel de Carlo y romperlo en pequeños pedazos delante de los ojos del menor de la familia, quien simplemente observaba cómo sus sueños se rompían ante sus ojos.

—Tu no te vas a ir de aquí, y mucho menos a estudiar bellas artes, tienes que estar loco si realmente pensabas que te íbamos a dejar hacerlo. —Sentenció volviendo al sofá y tomando nuevamente el teléfono en sus manos.

—Y limpia esto anda haz algo bien en tu vida ¿Quieres?—La rubia señaló los trozo de papel en su suelo mientras bajaba sus ojos al cotilleo que leía.

El de ojos claros asintió en silencio y se arrodilló para tomar los trozos de su sueño y levantándose lo tiró a la basura para caminar de nuevo a la habitación de Toni, él tenía razón como prácticamente siempre, por algo iba hacer le heredero de la familia.

—Pasa.—Le dejó pasar el mayor de ambos al escuchar nuevamente los golpes de su hermano contra su puerta.

—Tenías razón. —Fue lo único que logró decir gracias al nudo en su garganta.

—Lo se.—Suspiro, no le gustaba ver a su pequeño hermanito en esa situación. —Iremos a Matrbellla tu y yo en cuanto tenga 21 y este lo suficiente preparado y seremos los jefes de la ciudad, será nuestra venganza por todo lo que ha pasado.

Carlo le creyó.

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