Once

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— Primo, ¿Qué es todo esto?  — Yang gritó desde el otro lado de la habitación antes de empezar a correr de un lado a otro con las personas que le protegían. En el afán tomó un par de chicos de los que había llevado, y a  Wenhan y los uso como escudo...

— No... Por favor... no... — Suplicó y Yixuan trató de cubrir lo suficiente a Yang para que nadie disparará contra el doncel. El rencor dentro de el se hacía mayor.

Zhan le hizo una señal sutil a Jackson con los dedos señalando hacia donde se debía dirigir. Ambos empezaron a rodear a Yang

— Tal como lo pensé. Te escondes como la maldita rata que eres.

— Ni siquiera se que hice mal. Zhan...¿Enloqueciste? Primo... Lo que te hayan dicho podemos arreglarlo.

— No!  Me vendiste HdP! Vendiste la familia. ¿Qué esperabas? ¿Que me mataran después de la caida de la carga y quedarte con todo?

— Primo... ¿Cómo puedes pensar eso?  Tu y yo siempre estamos juntos en esto.

— Por eso... Estabas celebrando. — Zhan no lo escuchaba. Estaba enceguecido.

Yang primero soltó una carcajada que resonó  al ver a su primo tan fuera de si, pensó que lo convertiria en un blanco facil, hasta que la ráfaga de disparos después de esas palabras estuvo tan cerca.

Mierda!

Era en serio!

Zhan lo habia descubierto y lo quería asesinar.

A Yixuan se le aclaró el pensamiento, finalmente miró a Wang
Yibo acurrucado en el piso. Tapándose los oídos.

La mirada ida de Wenhan y los labios destilando sangre...  Hicieron que Yibo se compadeciera del rubio y lo atrajera hacia el.

— Lo siento.... — Murmuró el doncel. Y Yibo pudo sentir la humedad de las heridas en las pequeñas prendas que le cubrían.

— No pienses en eso. Solo no te duermas.

Esta sería la última vez que Yang pudiera venir al pueblo después de traicionar a Zhan, por eso tenía tanta urgencia de llevarse con el su último capricho.

¿Por eso estaba tan determinado a acostarse con Wang Yibo, este día y no después?

Las alarmas de la policía empezaron a sonar muy cerca mientras las ráfagas no se detenían proviniendo de lado y lado.. Para entonces la mansión estaba hecha un desastre...

Yixuan sonrió de forma perversa en medio de la batalla campal. El doncel estaba al alcance de su mano... Se puso de pie y tomó a Yibo protegiendo su propio cuerpo. Lo encañono y eso hizo que los disparos cesarán momentáneamente.

— No disparen! No disparen! — Gritó Yang con desespero.

Los ojos de Zhan se oscurecieron aún más... Envenenados contra su primo.  — Wang Yibo. — Le señaló a Zhan.

¿Wang Yibo?

Yang se agitó de sobremanera.

— Yixuan! Ven acá... — Desde su perspectiva solo podía ver el rostro del rubio con anhelo. Su gente no lo podía creer... Yang había perdido la cabeza.

Zhan soltó un bufido. — ¿Wang Yibo?...

— Zhan... No te atrevas! Es mio!

Incluso a los hombres de Yang les sorprendió que tuviera cabeza para eso en ese momento.

— ¿Tuyo?

— Yixuan! — Le ordenó el pelinegro.

— Yixuan, eres mi guardaespaldas. Me sirves a mi.

Yibo estaba espantado. Nunca había estado en  algo como eso. Nunca había visto tanta sangre y sobretodo que la mayoría eran chicos de su pueblo.

Tampoco nunca pensó que se convertiría en moneda de cambio.

Sin embargo, Yixuan había firmado con sangre su lealtad a Fengmian y a la casa Xiao. El padre de Zhan... Así que finalmente arrastró al doncel y lo guardo bajo su custodia. La de Zhan... poniéndolo delante de él. De tal manera que una bala alcanzaría a ambos. 

El estómago de Yang se revolvió.

— Zhan! Es solo una perra... Déjalo.

Con la policía tan cerca. — ¿Lo quieres. —  El pelinegro sostuvo al rubio del mentón. — Pues vas a tener que venir a buscarlo. Te estaré esperando... O tal vez haga lo mismo que tu hiciste con mi maldito cargamento y me quede con el. — En cuanto tentó a Yang a salir por su juguete favorito, ambos emprendieron la huida. La policía había llegado.

Jackson ordenó a Sehun. — Aseguren al jefe primero.

Mientras tanto Zhan subio a su camioneta antes de entregar a Yibo como un paquete a Sehun.— Guárdalo muy bien. — Le ordenó mirando a Yibo a lo lejos. — Estoy seguro que el hdp vendrá por el.

Yixuan no estaba cerca... En su camioneta había tomado a la madre de Xiao Zhan que se había desmayado de la impresión y un Wenhan de  cuyo cuerpo brotaba sangre.

— Estarás bien... Estarás bien belleza. Lo prometo. — Palmeó varias veces el rostro pálido.

El rubio tosió antes de que su vista se nublara.

— Belleza... no te duermas. — Suplicó Yixuan.

💚❤️

Hijo de La Mafia. 《ZhanYi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora