Treinta y cuatro

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— ¿Qué quiere?

— Un intercambio. — Yixuan afirmó pues el había recibido el mensaje de su antiguo compañero.

— Hagámoslo! — Dijo Jackson, sin embargo Yixuan  y los demás esperaron a que Yibo dijera algo.

— Todos sabemos que esto seguramente viene con su trampa. — Frunció su ceño y se puso de pie.
— Necesito unos minutos.

Yibo salió del despacho. No podia pensar con claridad. Tenia que controlar su deseo... Su anhelo de volver a ver a Zhan sin importar qué... ciertamente si se equivocaba... Jamas lo volveria a ver. El responderia que si... Sin pensarlo dos veces, pero necesitaba algo. Necesitaba una garantia.

— Haikuan...

El hombre estaba en el patio tomando margaritas después de haber desahogado su furia una primera vez.

— Dime belleza.

— Usted no aprende! — Yibo miró al mayor de forma afilada.

— Hasta ahora, no ha habido ninguna belleza que logre apaciguar a  Xiao Zhan.  Así que me mantengo en la fila a su entera disposición.

Yibo soltó una carcajada. — ¿Usted cree que yo no me acuesto con usted porque según usted "tengo dueño"?

— ¿Si no es eso entonces porque?

— Yo soy mi propio dueño e independiente de si Zhan... Vuelve o no conmigo. Eso no significa que este disponible.

— Wow...— Haikuan sonrió.

— Tengo que entregar a Yang.

— ¿Perdón?

— Estan pidiendo un intercambio por Zhan así que.

— Wang Yibo... — El hombre se pudo serio. —  Yo cumplí con mi parte. Usted me lo prometió.

— Lo sé...  No significa que no podrás llevar a cabo tu venganza. Sólo... ¿Podrías esperar?  O podemos negociar con algo más.

El mayor se burló y puso su mano sobre la de Yibo.  El rubio se levantó fulminandolo con la mirada y le levantó la voz. — El trato era que me ayudaras a recuperar a mi marido. Si lo ponemos en esos términos. En estos momentos, tienes una deuda conmigo...

— Vaya... Eres un digno Xiao!
— Wang! Mi nombre es Wang Yibo.

Se fue azotando la puerta fingiendo enojo. En realidad necesitaba aire, se sentía mareado y su estomago se retorcía.

El se aisló completamente por un rato.   Incluso después de que Haikuan aceptara... Yibo estuvo encerrado.

Pensó en lo que había hecho su mamá... Sabía que ella quería cuidarlo, pero no dejaba de sentirse traicionado...

Liberar a Yang era volver a sentir que tenía que cuidarse de todo. Ahora mucho más... Tenía un bebé para proteger.

Wang Yibo pensó que tal vez... ¿Debía deshacerse de ese bebé?

Este no era un mundo para alguien inocente... ¿Zhan tan siquiera lo vería ahora? ¿Querría su bebé? ¿Viviría para ello aunque fuera decidir?

No podía imaginar tener a un bebé huyendo de un lado a otro temiendo por su seguridad. Sintiendo que le perseguían y le vigilaban como antes...

Eso no era vida...

— Hagamoslo! — Yibo finalmente apareció en el despacho. — Solo tenemos que ultimar detalles.

— Yixuan, ¿Me acompañas?

***

— ¿Wang Yibo?

El pelinegro sonrió  de forma angelical. El líder de la casa  Jin, había aceptado  discutir con el doncel. Ellos previamente habían llegado a un acuerdo.

— Vengo de la casa Xiao!

— Bienvenido. — Ante sus ojos apareció el líder. 

Yibo asintió a Yixuan y se dio la vuelta frotando su estomago para no mirar.

— Les traje un regalo. Gracias por su voluntad.

En seguida la zona fue peinada por sus hombres tomando a los adversarios totalmente desprevidos.

— ¿Esta loco? Les diré a todos... Les diré a todos que usted es un mentiroso...

— Debió pensarlo antes de participar en el secuestro de Zhan y después tomar ventaja de la situación y del trato que le ofrecí. ¿Pensó  que no me iba a enterar que se estaba burlando de mi? ¿Cree que se puede burlar de mi y de mi familia solo porque soy un doncel? — El se alejó y lo último que escuchó fue un disparo.

Jackson estaba un poco sorprendido... Incluso el día del intercambio... Ninguno de los cuatro se alcanzó a imaginar que Yibo haría algo así. Así como tampoco imaginaba que cuando Zhan regresara, el no esperaba nada... Aunque se pasara las noches llorando por el. Nunca ninguno lo vio flaquear en lo más mínimo.

No estaban seguros si Yibo realmente era un doncel. A excepción de la pequeña pancita que empezó a notarse. Lo cual terminó de someter a Jackson, quien había jurado lealtad a la casa Xiao...

Y aunque Yibo no fuera mucho se su agrado... En su vientre había un Xiao. Estaba seguro de eso.

Hijo de La Mafia. 《ZhanYi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora