Veintinueve

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Yibo tomó una respiración profunda y se recompuso rápidamente liberándose de los brazos de Jackson.  — Estoy bien!

— ¿Está seguro? — Sehun preguntó.

— No, no lo estás. — Yixuan sacó su celular. — Debes ver a un doctor.

El doncel arrebato el teléfono.

— Te estoy diciendo que estoy bien... Organicemonos para traer a Zhan... Eso es lo urgente y lo importante. No hay tiempo que perder. — Acarició su cuello y recordó algo. — Ah... Hace un momento... Yo dije que Zhan era mi marido... No hagan caso. — Sonrió nervioso. — Solo quería...

— No importa. — Jackson tomó al doncel del brazo. 

— Tu me vuelves a poner una mano encima y te mato. — El arma de Sehun que había estado en el escritorio fue puesta en el mentón de Jackson.  El hombre se burló...

— Yibo... Wang Yibo. En serio. Lo mejor es que veas a un doctor.

Los demás asintieron.

El doncel aceptó sin animo de hacerlo. — Está bien, pero ustedes no pierdan el tiempo. Y tu... No me vuelvas a tocar.

— Ni porque quisiera hacerlo.
— Idiota! Ya se que eres gay! Uno muy reprimido por cierto.

***Yixing no es doncel***

***

— ¿Ya me puedo poner de pie? Necesito ocuparme. No hay tiempo que perder.

— Wang Yibo! — Yifei regañó.

El médico de confianza de Zhan había ido a revisarlo. — Todo bien.

Yibo suspiró aliviado. — Sin embargo no debería ir por ahí peleando  y haciéndose rabias por el bien de su bebé.

Yibo se puso totalmente blanco.

— ¿Qué?! ... ¿Qué bebé?... ¿De qué está hablando?.— El miró su estómago con disgusto. — Un bebé es lo que menos necesitamos ahora. No puede ser...

Yibo salió de la habitación. Mientras iba camino a la habitación donde estaba el doctor, el había llamado a Liu Haikuan.

***

En silencio, Yibo entró a la habitación de Wenhan. No dijo nada... El otro doncel estaba un poco confundido por la repentina visita de Yibo.

Los labios de Yibo temblaron ante la mirada del otro.

— ¿Yibo? ¿Estás bien?

El se sentó en la cama. — Estoy embarazado. — Su voz era temblorosa y tal vez porque era el único doncel aparte de el en la casa. El rubio sintió que podía... Llorar.

Yibo quería llorar, pero por supuesto no quería que ninguno de los hombres de Zhan lo vieran. Las lágrimas empezaron a salir sin necesidad de invocarlas... — Es una noticia muy linda.

— No lo sé. — Restrego sus ojos mirando hacia la pared. — Se llevaron a Zhan y ahora yo... Yo lo quiero a él, de regreso. Podrían matarlo en cualquier momento. Es el papá de mi bebé... Yo quiero que regrese. — Su voz se quebró y chilló como un pequeño niño. Wenhan trató de abrazarlo, pero no pudo así que Yibo se acomodo para su alcance.

Cuando Yixuan apareció en la puerta, el semblante del doncel cambió en el acto. Aunque tenía los ojos rojos... Endureció sus gestos completamente y se fue no sin antes inclinar su cabeza hacia Wenhan en agradecimiento.

***

Cuando Sehun llegó a la terraza donde estaba el rubio, el se restrego las lágrimas que estaban a punto de salir por la comisura de sus ojos de nuevo. Era  cierto que los días grises y la brisa fría acentuaban esos sentimientos.

— Más le vale que no le diga a nadie lo que vio.

Sehun asintió. — ¿Todo bien?

— Sí.

— ¿Y el bebé?

Yibo abrió sus ojos perplejo. —¿Es tan obvio? ¿Todos lo saben?

— No. Yo... Fue similar cuando Luhan se dio cuenta.

El corazón de Yibo se apretó. — Lo siento.

La mirada de Sehun se torno desesperanzadora. Levantó sus hombros. — Gajes de nuestros oficio.

— Lo siento. De verdad... Yo... 

El no quiso hablar más del tema.

—  Haikuan está aquí. ¿Usted lo llamó?

El doncel asintió y se alistó.

— Por favor no le diga a nadie.

— Bien. ¿Qué quiere hacer?

— Traer a su padre... Yo... — La garganta de Yibo se cerró mientras seguían caminando por el pasillo hasta que fueron interrumpidos por un hombre alto y elegante. Yibo sintió que unas manos alcanzaron  su cintura. — Finalmente nos conocemos!

Haikuan intentó poner su mentón en el cuello de Yibo de forma descarada y coqueta, sin embargo lo que encontró fue el cañón de un arma.

— Yo lo llame para negociar! Y a menos de que quiera conservar su cabeza en su lugar no vuelva a intentar algo así.

Sehun se burló de Haikuan.
— ¿Negociar? ¿Con usted?

— Si. No me diga que es otro de los estúpidos que cree que los donceles no tenemos ninguna posibilidad.

La mirada del hombre se volvió sería. — Honestamente pensé que a falta de Zhan...

Yibo rodó los ojos molesto. — Un tiro y para el río. — Le dio la espalda a Haikuan.

Obviamente estaba bromeando, pero también le estaba amenazando... Por supuesto que lo sabía. No podía esperar menos del doncel que le había calentado la mejilla varias veces al mismo Xiao Zhan.

— Usted no le teme a la muerte, ¿Verdad?

Yibo soltó una risita.

— ¿Cual es el trato?

— Yo tengo algo que usted quiere... Y usted me puede ayudar a recuperar a mi ma... A Xiao Zhan. —

💚❤️
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Hijo de La Mafia. 《ZhanYi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora