Jackson había recibido de sus hombres, lo que para el era prueba tacita de que no se podía confiar en Wang Yibo. Sin embargo, Zhan ya se había ido del despacho.
— Ahggg... Me gusta.
Los labios de Zhan habían pasado de apretar sus pezones entre sus dientes y mordisquearlos hasta dejarlos hinchados hasta la zona más íntima donde sin pensarlo dos veces había puesto la erección del doncel en su boca y la había tragado...
Su lengua se movió de forma cálida a su alrededor masajeando y provocando su glande y todo su cuerpo a explotar mientras le rodeaba la punta. Wang Yibo no podia resistir mucho más...
Para cuando Jackson volvía de asegurar el perímetro y finalmente pudo hablar, habían pasado varios días en los cuales el pelinegro iba y venía de su habitación a la de Wang Yibo
— Jefe! Necesito hablar! — Jackson solo podía escuchar desde fuera como el rubio gemia. Era molesto... Sobretodo después de haber encontrado eso en casa de Yibo.
— Mnngg... — El cuerpo de Zhan después de saborear los deliciosos jugos del doncel, separó las piernas. Yibo se perdía con una mirada lujuriosa por tanto placer. Cuando Jackson interrumpió, Zhan entraba en el...Tuvo que contener el grito que salió de su garganta cuando sus paredes internas fueron invadidas y estiradas para dar paso al prominente falo de Zhan. El pelinegro sostuvo el cabello del rubio estirandolo para tener acceso a su cuello mientras el aroma del doncel invadió todos sus sentidos. La sensación caliente de la piel envolviendolo, apretandolo y pulsando a su alrededor.
Lo que Jackson tanto temió, parecía estar sucediendo justo frente a sus ojos...
—Jefe! Es importante.
— Esto es importante. — El guardaespaldas solo podía ver la ancha espalda de su jefe.
— Ahhg... — embistió con mayor fiereza haciendo que el cuerpo de Yibo se retorciera por la sensación de calor al martillar en su punto dulce.
Jackson necesitaba hablar pero el sonido de la cama rechinando y lo que no podía ser otra cosa que los cuerpos de ambos sonando. El apretó sus labios y esperó hasta que escuchó a su jefe gruñendo.
— ¿Todavía estas ahí? Entra antes de que empiece otra vez. — Dijo después de varios minutos.
Cuando entró pudo ver a su jefe abrazando a Yibo por detrás, ambos sentados en la cama cubiertos con una sabana.
— Es importante que mire esto.
Jackson enseñó un par de fotografías.
Yibo se mordió su labio inferior cuando Zhan dejó de abrazarle.
Leyó las palabras que había escrito detrás de ellas...
Zhan se puso de pie. Cubrió su cuerpo y le dejó la sabana al doncel.
Soltó un bufido. Fingió que no le importaba... No le sorprendía nada en el mundo... Siempre era así.
La mira oscurecida, fría y ajena se enfocó en los ojos de Yibo. — ¿Esto es tuyo?
Yibo asintió nerviosamente y esperó poderse explicar. — Sí, pero..
— Suficiente... Es todo lo que necesito saber.
Antes de salir miró a Yibo de reojo... Después miro a Jackson.
— En adelante, se le dará el trato de rehén. No puede salir de esta habitación.
— Zhan...
Yibo se quiso poner de pie, pero su muñeca fue atada a la cama en el acto...
El pelinegro dio la espalda y no se volvió hacia atrás.
