Dieciseis

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Zhan llegó al cuarto de Wenhan. Ahí también estaba Wang Yibo, también Yixuan... Y la madre de su actual dolor de cabeza.

El miró al doncel que acomodaba las sábanas.. Wang Yibo tenía una cintura pequeña y trasero no muy pronunciado pero firme. Lo que indicaba que era un atributo totalmente natural.

¿No has visto su trasero?...

Eso era lo que le había cuestionado Jackson un par de días atrás.

Su mirada se posó en ese lugar. Sus ojos se volvieron aún más fríos mientras se deslizaban por las piernas largas... Yibo llevaba una camisa y un short que a decir verdad para tantos hombres después de semanas de encierro. Dejaba poco a la imaginación.

— Jefe. — Yixuan interrumpió lo que estaban haciendo cuando dejó de ver a Wenhan y vió al pelinegro en el marco de la puerta.

Zhan no dijo nada por un rato. Wang Yibo ignoró su presencia y siguió peinando los cabellos de Wenhan de foema delicada. Sehun estaba afuera... Decidido a no entrar.

Nadie podía saber de él.

El pelinegro persiguió los movimientos de Yibo... Le pareció bastante descaradon y pensó que le ignoraba a propósito. Su camisa holgada y los pezones erguidos por debajo de ella debido al frio que solía hacer en las noches... Zhan se obligó a dejar de mirar.

— Seria bueno que los dejara de provocar

Nadie en la habitación respondió nada. Todas las miradas se volvieron hacia Yibo y este  abrió los ojos de par en par... Sabiéndose aludido

— ¿Disculpe? ¿Me dice a mi?

— No veo ningún otro doncel revoltoso y mostron en este lugar. — Wang Yibo mordió su mejilla internamente.

— ¿Mostron?  Yo no tengo la culpa de que sus hombres sean unos cerdos y que usted ni siquiera los pueda controlar. 

Zhan apretó su mandibula. ¿De donde mierda sacaba tantas agallas?

— No lo serían si dejara de coquetear con ellos...  ¿Cree que no me doy cuenta?. Le gusta su atención... Le gusta la idea de ponerlos duros... Se exhibe con su ropa húmeda y movimientos sugerentes.

Yibo sintió como su estómago se revolvió totalmente indignado.
— Váyase a la mierda. No es como si estuviera aquí por gusto... Estoy aquí porque no tengo opción. — Zhan oscureció su mirada y sostuvo su muñeca.

— Tampoco le obligue a quedarse. ¿Qué es lo necesita? ¿un hombre? ... Pues aquí hay uno...

— Jefe. — Yixuan se dio cuenta que Zhan estaba desfigurado, últimamente solo bastaba apretar los botones levemente para hacerlo querer desaparecer a medio mundo. Como a varios guardas de los que se habia desecho por sospecha.

Zhan tenía la sangre impregnada de las muertes de esos días y una vez comenzaba... Era difícil detenerse. Las vidas se volvían tan insignificantes.

Su expresión era torcida. Totalmente al límite.

Sin embargo, durante el segundo siguiente el cuarto completo se quedo en silencio.

Wang Yibo le abofeteó tan fuerte... El pelinegro se acarició su mejilla caliente.

— No se con quien está acostumbrado a tratar... A mi me respeta... Si me pongo esta ropa es porque no tengo otra. Imbecil.

— Basta... Yibo... — Yifei se interpuso..Zhan lo estaba mirando de esa manera... Sabía que su hijo estaba tentando la muerte. 

Cerró los ojos ansioso. Yibo estaba muerto...

Incluso Yixuan empezó a sentir lástima por el doncel cuando el rostro de Zhan se puso rojo.

Masajeó su cuello inclinando su cabeza a cada lado.

Una mirada vacía y sin resentimiento alguno.

Estiró la mano y Sehun puso un revolver en su mano.

Con la otra tomó la muñeca de Wang Yibo.

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Hijo de La Mafia. 《ZhanYi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora