🔞Un poco más de violencia. ⚠️
Habían pasado tres días en los que Yibo no había podido dormir... Estaba en la habitación de Zhan... Pero el olor del pelinegro que lo reconfortaba se iba perdiendo poco a poco.
El se sentó en el borde de la cama y después de meditar un rato imaginando los peores escenarios se dirigió a la habitación donde Yang estaba atado de pies y manos. Yibo se acercó a el...
No había manera de que no sintiera rencor por ese hombre.
Removió la cinta de su boca. Con una sonrisa angelical en su rostro sostuvo el menton del hombre.
— ¿Ya estás listo para decirme donde está?
Xiao Yang se burló... — Mirate.. Te querías hacer el santo, pero apenas tuviste la oportunidad. Te revolcaste con el mejor postor.
Yibo arqueó su ceja. — ¿Quién te dijo que yo queria ir de santo?... En esta vida y en las que siguen, yo me revuelco con quien yo quiera. Y tu... Siempre aunque tuviste la oportunidad una vez, te convertiste en la última de mis opciones.
— Por eso... Por eso... Jajajaja... Tu nunca volveras a verlo... Debiste despedirte de él.
A Wang Yibo se le revolvió el estomago. Lo último que le había dicho era "Te odio, maldito"... Templo sus dientes... Enojado e irritado.
— Xiao Yang!... Yo tengo mis propios planes... Más te vale que no interfieras en ellos. Escuchame bien... — Yibo habló a su oído lo suficientemente cerca sabiendo la obsesión que el hombre tenía con el, pero también lo suficientemente distante para que no lo alcanzara.
— Lo que tu le hagas a mi marido. Yo te lo haré el doble... Pero tu muerte será tan lenta... Que vas a suplicar que te mate.
En seguida, le dijo al hombre que estaba a sulado que abriera la caja, le entregó una descarga. Yang se retorció... Yibo se puso de pie frustrado ante la risa frenetica del hombre.
—¿ Crees que te tengo miedo Yibo? ¿A ti? ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a aruñarme? ajajaja...
— Deberías. — Xiao Yang le sonrió de forma torcida. — Deberías... —Zhan tomó un valde con agua y bañó al hombre, antes de descargar de nuevo. — Maldito...
***Imagínense todos los insultos habidos y por haber***
Yibo sonrió secamente mientras abría la puerta y escuchaba gritos, sin embargo su mirada estaba oscura. Envenado... Vio a Haikuan afuera.
— ¿Quieres hacer los honores? — El mayor entró y se relamió los labios al ver al asesino de su padre. — No lo mates... Aún. — Indicó Yibo.
— Así que ni siquiera esta muerto Zhan... Y ya tienes otra polla. Jajajaa...— Yibo iba a salir... Pero se devolvió.
— Ya que estas hablando de pollas... Creo que me gusta la tuya...
— ¿Me la vas a chupar aquí? No sabia que tuvieras fetiches tan...
El rubio le miró de forma forma angelical y tomó el cuchillo en la mano.
— No te atrevas... No te atrevas!...
Yibo dudó por un momento, nunca había hecho algo así... se acercó a él con determinación. Y deslizó el cuchillo por su entrepierna...
***
Al salir de la habitación, Yibo se tapo los oídos. Se habia abstenido pero sabia que el otro hombre no lo haria. El no estaba acostumbrado a escuchar ese tipo de cosas ni mucho menos verlas.
Solo quería vomitar por la repulsión tan grande que causaba el hombre en el.
Así que se le alejo tan rápido como pudo. En su mente sólo había un pensamiento... Frotando su estomago... El le habló a su bebé.
— Tu vas a tener a tu papito. A toda tu familia sin importar qué. Tu papi si va a volver. Yo... Haré lo que sea. ¿Está bien? Yo te lo prometo, bebé... — Limpió la humedad cerca de la comisura de sus ojos. No iba a estar triste... Tenía que conservar la esperanza de que Zhan estaba bien, aunque en su corazón la angustía fuera tan grande.
