8 - ¿Qué pretendes Bahank Hea?

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- ¿Estas segura de esto Hea? - Jin volteo fugazmente a verme.

Íbamos rumbo a la casa de los Min. Jin me iría a dejar pues llevaba un pastel de chocolate que había horneado con él, con cuatro manos fue mucho más rápido. Pasamos a comprar un ramo de flores para su madre y Kim me había dado una botella de vino para el Señor Min.

- Estoy más que segura, aparte este es el mejor momento. - suspiré. - No creo que este Min con ellos. Iré con el pretexto de disculparme y ya después arreglo cuentas con Min.

Faltaba exactamente 37 minutos para las ocho.
Iba nerviosa pues tenía que ingeniármelas para que todo saliera perfecto y hacerles creer que era la pareja de su hijo.
Después de que Kim conducía hacia el hogar de los Min, empecé a ver a través de la ventana infinidad de casas lindas y gigantes, quedándome sorprendida pues vivían muy cercas de la casa de mi difunto abuelo.

- ¿Viven por aquí? - dije.

- Justo... - guardó silencio por unos segundos hasta que se orilló. - Justo aquí.

Se estaciono enfrente de una casa de dos pisos, muy hermosa de color blanco.

- Viven muy cerca de la casa de mí abuelo Wooga.

Seguía admirando la hermosa casa de los Min.

- Tú casa dirás. - sonrió.

Voltee de inmediato a verlo con mis ojos entre cerrados.

- Aún no me la creo. - suspiré.

SeokJin desabrochó su cinturón y de inmediato bajo de su coche para así abrir mi puerta.

- Vamos hermosa Hea.

Tomó el pastel con una de sus manos y con la otra me ayudo a bajar.
Acomode mi vestido, cabello, puse mi pequeño bolso en mi antebrazo y después tomé el pastel con una mano.
SeokJin abrió la puerta trasera y tomó el ramo de flores junto con la botella de vino.

- ¿Te acompaño a la puerta? - pregunto.

Negué de inmediato.

- No, descuida, creo poder.

Kim me ayudo a sujetarlo cómodamente.

- Muchas gracias SeokJin. - sonreí.

- Sabes que no me tienes que agradecer nada. Anda, ve a conquistar a tus falsos suegros. - sonrió.

- Deséame suerte, la necesito.

Me despedí de SeokJin con un beso en la mejilla y empecé a caminar hacia la entrada principal.
A como pude presione con mi dedo índice el timbre.

Después de unos segundos abrió la puerta una señora, tal vez la encargada de servicio.

- Hola, buenas noches soy Bahank Hea. - sonreí.

Al instante escuché las pisadas de unos profundos tacones, como si estuviera caminando a paso veloz, hasta que la vi, la preciosa señora Min.

- ¡Mi preciosa nuera! ¡Pasa hija pasa!

Se acercó a mí y beso mi mejilla.

- Traje un pastel...

- Hija no era necesario. -sonrió.

La señora de servicio me extendió sus manos así que lo puse delicadamente en ellas.

- Y le traje un ramo de flores y esta botella de vino para su esposo.

Extendí el ramo a la Sra. Min y de inmediato llevo sus manos a su boca sorprendida para después tomarlas delicadamente.

- ¡Cariño, eres una preciosura de mujer! - las observaba encantada. - Son muy bellas, muchas gracias.

- Sabor a mí -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora