31 - Mensaje de texto -

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- Narra Min Yoongi -

Había pasado exactamente un tres meses casi desde aquella vez que abracé, bese, sentí y vi por varios minutos la presencia de Hea. Si bien en dos ocasiones llegue a verla por la ciudad, conduciendo... no más, no quería molestarla, no quería presionarla pero yo sin ella estaba perdido por completo, definitivamente estaba mejor con ella a mi lado, deseaba que ella también estuviera sintiendo lo mismo, pero por lo visto no era así...

- Señor Min. - habló mi secretaria, entrando a mi oficina.

- Dime. - levante mi mirada y deje unos documentos en el escritorio, prestándole toda mi atención.

- Su abogado está aquí. - respondió.

Automáticamente toda mi sangre bajo hasta mis talones, sintiendo mis manos frías y una bradicardia en segundos...
No tendría que estar aquí, solo había un motivo...

- Pásalo. - raspe mi garganta y me removí en mi asiento.

Entrelace mis manos y posicione mis codos en el escritorio, pegando mis manos entrelazadas a mi rostro, en forma de súplica.

- Buenos días Sr. Min. - entro mi abogado a mi oficina, con una sonrisa un tanto forzada y con rostro de preocupación.

- Buenos días, tome asiento. - extendí mi mano a una silla, enfrente de mi para después retomar mi posición con completo nerviosismo.

- Veo su rostro y creo que sabe a lo que vengo. - sonrió nervioso, llevando su maletín a sus piernas.

- Tengo una ligera sospecha. - hablé entre dientes.

- Quisiera venir con buenas noticias pero me temo que esta no será la ocasión. - suspiró y abrió su maletín, sacando un folder con documentos.

- ¿Conversaste con ella? - hablé desanimado.

- No, no señor Min. - volvió a dar un fuerte suspiro y bajo su mirada al folder. - Ya solicitó el divorcio y...- levantó su mirada y dejó el folder en mi escritorio, justo frente a mis ojos.

- No puede ser. - baje mi mirada y tape mi rostro con mis manos.

El silencio en mi oficina inundaba cada rincón de él. Tenía la esperanza de que no siguiera con esta estúpida idea... pero no fue así... estaba cumpliendo cada una de sus palabras.

- Eso no es todo señor... Vea los documentos.

Negué con mi cabeza, aún tapando mi rostro, me estaba conteniendo a sacar todo este puto dolor que sentía.

- Solicito una orden de restricción, no tengo idea de cómo lo consiguió si...

Quite de inmediato mis manos de mi rostro y mi semblante cambio por completo...

- ¿¡Que carajos!? - me puse de pie y aventé el folder de color negro hacia el suelo.

- Trataré de disolver...

- ¿Tratarás? ¿¡Tratarás!? - grite sumamente molesto.

- Señor, tranquilícese. - repeló mi abogado.

- ¡Como putas me pides que me calme, si no estás haciendo tu trabajo bien! Cómo no me dices "haré que esto quede disuelto" pero ¿¡Tratarás!? Mejor no hagas ni una mierda.

- Señor, no es tan fácil como usted piensa...

- Sirve de algo y dime que es lo peor que puede pasar si en este mismo instante me presento ante ella.

- Puede...

- Mejor guarda silencio, me importa una mierda lo que pueda suceder. - interrumpí su poca pronunciación.

- Sabor a mí -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora