Estaba por caminar hacía el comedor pero las palabras de Min me hicieron parar de golpe.
- ¿Estamos? - esperaba una respuesta a su acuerdo.
- No me parece conveniente. - suspiré. - Es mejor que se los digas de una vez por todas.
- Dame un tiempo límite. - dijo de inmediato.
Sólo solté una pequeña risa de ironía y sarcástica, aún dándole la espalda.
Guarde silencio por algunos segundos pues sabía que ese tiempo establecido tendría que estar si o si.- Tienes una semana, tú tiempo corre desde este día. Siendo jueves 6:58 pm - ví mi reloj de mano. - Ahora ¿Tu entendiste?
Escuche como soltó una pequeña risa. Eso fue suficiente para girar hacia él y verlo completamente sería, no estaba jugando.
- No te conte un chiste. - dije sería, segura de mi misma.
- Disculpa. - llevó su mano a su boca y trataba de ocultar su sonrisa.
- ¿Sigues riéndote? - pregunté.
Quitó su mano y vi su sonrisa, la cual era linda y pocas veces me dejaba verla pero esta ocasión me causaba coraje.
- Tienes cinco días, empezando desde hoy a la misma hora. - di media vuelta empezando a caminar.
- ¡No, Hea! - ahora sus palabras eran firmes.
- Ya dije. - reduje mi caminar.
- Discúlpame, dame esa semana. - sus pasos se acercaron a los míos para así detenerme de la muñeca.
- Escuchó otro comentario fuera de lugar en esta noche y en ese mismo instante se los dire yo misma ¿De acuerdo? - esperaba a que me soltara de la muñeca.
- Olvide que eras abogada. - dijo entre dientes pero capaz de escucharlo.
- Y tienes suerte de que me hagas retractarme de mis palabras. - me quite de su agarre de un simple jalón. - Una semana Min, solo una.
Era momento de que Min supiera que no estaba jugando, el tiempo de hacerlo ya fue suficientemente...
Empezamos a caminar hacia el comedor, sentándonos de nuevo.- ¿Todo bien? - dijo su madre, viendo mi rostro de molestia.
Levante mi mirada y fingí una sonrisa.
- Si, no se preocupe. - respondí.
- Se escuchó un grito y....
- Min por accidente hizo que me golpeara en la rodilla pero nada grave. - respondí.
De inmediato sentí la mirada de Min. Volteándolo a ver completamente seria pues el sabía que su madre le llamaría la atención.
- ¡Min Yoongi! Tienes que ser más cuidadoso con tus acciones. - dijo en un tono molesto pero moderado al tener visita.
- Si madre. - respondió con su mirada baja en el plato.
Empezamos hablar de trabajo y yo solo mantenía mi mirada en cada uno de ellos, escuchando, hasta que...
- Oye padre. - dijo Min.
- Dime hijo. - respondió de inmediato.
- Tengo unos asuntos legales, como contratos pendientes en la empresa y creo que el equipo jurídico en la empresa es pequeño y necesito a alguien que sobre lleve aún más esos asuntos pero necesito a alguien de confianza y que mejor que mi mujer.
Todos en la mesa ahora habían dirigido su mirada a mi, sintiéndome nerviosa. Sus miradas eran de completa aprobación pero aún así me sentía intimidada.
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- Sabor a mí -
De Todo- " Tú necesitas de alguien como yo y yo necesito a alguien como tú." No se aceptan copias ni adaptaciones.