35 - Sin escape -

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Estaba por caminar hacía el comedor pero las palabras de Min me hicieron parar de golpe.

- ¿Estamos? - esperaba una respuesta a su acuerdo.

- No me parece conveniente. - suspiré. - Es mejor que se los digas de una vez por todas.

- Dame un tiempo límite. - dijo de inmediato.

Sólo solté una pequeña risa de ironía y sarcástica, aún dándole la espalda.
Guarde silencio por algunos segundos pues sabía que ese tiempo establecido tendría que estar si o si.

- Tienes una semana, tú tiempo corre desde este día. Siendo jueves 6:58 pm - ví mi reloj de mano. - Ahora ¿Tu entendiste?

Escuche como soltó una pequeña risa. Eso fue suficiente para girar hacia él y verlo completamente sería, no estaba jugando.

- No te conte un chiste. - dije sería, segura de mi misma.

- Disculpa. - llevó su mano a su boca y trataba de ocultar su sonrisa.

- ¿Sigues riéndote? - pregunté.

Quitó su mano y vi su sonrisa, la cual era linda y pocas veces me dejaba verla pero esta ocasión me causaba coraje.

- Tienes cinco días, empezando desde hoy a la misma hora. - di media vuelta empezando a caminar.

- ¡No, Hea! - ahora sus palabras eran firmes.

- Ya dije. - reduje mi caminar.

- Discúlpame, dame esa semana. - sus pasos se acercaron a los míos para así detenerme de la muñeca.

- Escuchó otro comentario fuera de lugar en esta noche y en ese mismo instante se los dire yo misma ¿De acuerdo? - esperaba a que me soltara de la muñeca.

- Olvide que eras abogada. - dijo entre dientes pero capaz de escucharlo.

- Y tienes suerte de que me hagas retractarme de mis palabras. - me quite de su agarre de un simple jalón. - Una semana Min, solo una.

Era momento de que Min supiera que no estaba jugando, el tiempo de hacerlo ya fue suficientemente...
Empezamos a caminar hacia el comedor, sentándonos de nuevo.

- ¿Todo bien? - dijo su madre, viendo mi rostro de molestia.

Levante mi mirada y fingí una sonrisa.

- Si, no se preocupe. - respondí.

- Se escuchó un grito y....

- Min por accidente hizo que me golpeara en la rodilla pero nada grave. - respondí.

De inmediato sentí la mirada de Min. Volteándolo a ver completamente seria pues el sabía que su madre le llamaría la atención.

- ¡Min Yoongi! Tienes que ser más cuidadoso con tus acciones. - dijo en un tono molesto pero moderado al tener visita.

- Si madre. - respondió con su mirada baja en el plato.

Empezamos hablar de trabajo y yo solo mantenía mi mirada en cada uno de ellos, escuchando, hasta que...

- Oye padre. - dijo Min.

- Dime hijo. - respondió de inmediato.

- Tengo unos asuntos legales, como contratos pendientes en la empresa y creo que el equipo jurídico en la empresa es pequeño y necesito a alguien que sobre lleve aún más esos asuntos pero necesito a alguien de confianza y que mejor que mi mujer.

Todos en la mesa ahora habían dirigido su mirada a mi, sintiéndome nerviosa. Sus miradas eran de completa aprobación pero aún así me sentía intimidada.

- Sabor a mí -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora