- Sabor a mí -

37 - Ya estoy harto -

Iba con Jong en el ascensor, justo para el ultimo piso, donde se encontraban nuestras oficinas.
Realmente no demoramos mucho, solo fueron unos 20 minutos.
Al abrirse el ascensor nos quedamos en shock pues estaba Min con los brazos cruzados, viéndonos fijamente.

- Salgan de ahí. - ordenó con una voz muy gruesa.

- Ve a trabajar Jong, yo me encargo. - dije segura, llevando mi mirada fugazmente a él.

- ¿No quieres que me quede? - me susurró.

- ¿Deberías? - sonrió molesto Min.

- Me temo que le estoy preguntando a ella. - respondió Jong.

- ¿Con que derecho te atreves a responderme? - Min dio un paso más hacia enfrente.

- ¿Cuando perdí tal derecho? O dígame usted...

- Ve a trabajar Jong. - interrumpí para que esto no llegara a más y peor aún, enfrente de empleados.

- No, deja que me responda. - dijo Min sin apartar la mirada de Jong.

- ¿Qué más quiere que le diga? - respondió con una sonrisa de descaro.

- Estamos en horario laboral. - interferí.

- Así es. - me volteo a ver. - Estamos en horario laboral ¿Y por qué no están trabajando?

- Asumo la responsabilidad, yo se lo ordené. - respondí.

- ¿Y tú porque obedeces? - vió a Jong.

- Porque recibo órdenes de mi jefa. - respondió viendo a Min con intensidad.

- ¿Ella paga tu sueldo? - preguntó Min.

- Ya basta, están llamando mucho la atención. - dije entre dientes para ellos dos.

- No, ella no lo hace pero aún así sigue siendo mi jefa, yo solo obedezco órdenes.

- Ve a trabajar por favor Jong. - volví a decir.

- No hace falta, esta despedido. - empezó a sonreír con descaro.

- ¿¡Qué!? Min, yo se lo ordené, yo fui la de la idea. - me acerque a él.

Este par no dejaba de verse a los ojos, se que estaban maldeciéndose en silencio.

- No te preocupes Bahank. - dijo Jong.

- ¡Claro que lo hago! No hagas caso y ve a tu oficina, sigue con los pendientes, yo me encargo de esto.

- No hace falta Bahank. - volvió a responder Jong.

- ¡Ahora Jong! - me interpuse en medio de ellos dos y vi a Jong.

Después de unos segundos tomó la iniciativa y se fue sin decir más.

- Mueve tu culo a mi oficina. - susurró.

Empecé a caminar, tomando la delantera, sintiendo las miradas de varios empleados.
Llegue a su oficina y abrí la puerta para ser la primera en entrar, consecutivamente Min, azotando la puerta con fuerza.

- ¡Estoy hasta la puta madre de ti! - gritó con coraje.

Di media vuelta y lo encare.

- Tal vez yo también de ti. - respondí indiferente.

- ¡No, cállate! - me señaló con su dedo índice.

Podía ver como su rostro se tornaba rojo y las venas de su cuello se saltaban.

- ¿¡Tengo que estar aguantando tu comportamiento de mierda!? ¡Primero Jimin, Hoseok, luego Namjoon y ahora Jong! Ah, pero jamás me pones a mí en tu lista de putería.