Ni Que Fuera Casualidad [#1]

Capítulo 34: No la pases por alto

Dedicado a pipep2
Por estar siempre para comentar y votar en cada capítulo. Me alegra mucho leer tus comentarios, dulzura <3

Termino la ultima reunión y me comunico con mis accionistas. Odio trabajar el fin de semana, mucho más un domingo. Debería estar en mi casa durmiendo hasta tarde para luego pasar todo el maldito día pintando con mi hija.

Pero no. Estoy trabajando.

Hablo con los accionistas mientras me dirijo al hotel. A mitad de camino recibo una llamada de mi tía Melanie.

—¡Cariño, te he llamado toda la mañana! ¿Por qué no me contestas?

«Porque no quería» pienso.

—Estaba ocupado. ¿Qué necesitas?

—Organicé una cena con la familia y me gustaría que vinieras con tu pareja, quiero que la presentes formalmente. Será el sábado que viene, quiero conocerla más a fondo, ¿Le gusta el pavo? Puff, obvio si, a todos les gusta el pavo. Excepto a tu hermana, es tan extraña, ¿Sigue siendo vegetativa? Le prepararé ensalada de mi huerta — habla tan rápido que apenas la escucho.

—Se dice vegana y yo también lo soy—corrijo.

—Eso, eso. Bueno, ¿Nos vemos el sábado?

—No puedo, estaré ocupado.

—¡Ay, por favor! Nunca tienes tiempo para la familia, quiero conocer a la mujer que te robó el corazón y no quieres que la vea, ¿Es eso? ¿Te doy vergüenza?

Me froto el puente de la nariz frustrado. Melanie puede llegar a ser muy estresante.

«Todo nos estresa, no es novedad.»

Bueno, si.

—No es eso. Ella no puede ir, estará ocupada.

Desmentir el cuento que se creó de Juniper y yo como pareja sería una pérdida de tiempo. Cuando se le mete algo en la cabeza es casi imposible quitárselo.

—Ohh, así que es ella la que no quiere conocer a tu familia. Y parecía tan simpática, ahora veo que no es más que una amargada. ¿Estás seguro que no está contigo por tu dinero, cielo?

Blanqueo los ojos. Ni siquiera está conmigo que es peor.

Ahora piénsalo sin llorar.

—Tía, tengo que irme.

—Nunca tienes tiempo, nunca. Bien, me despido, pero quiero verla, convéncela o lo haré yo.

—Adiós —cuelgo.

Que mujer tan insoportable. Dice que no me gusta ver a mi familia como si fueran quinientas personas y solo es ella con su hijo. El marido la dejo hace años y ahora es una solterona metiche que se cree cupido.