Capítulo 62: Burbuja de felicidad

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La boda trascurre perfectamente

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La boda trascurre perfectamente. Rose se negó rotundamente a entrar en silla de ruedas así que caminó hacia el altar tomada del brazo de su padre y su hermano. La entregaron a su novio, quién tenía los ojos aguados al verla tan hermosa con su vestido blanco con cola, su peinado espectacular, acompañada de la melodía nupcial. Pueden decir lo que quieran pero Rose Larken estando enferma, embarazada, atravesando el momento más duro de su vida, se ve mucho mejor que alguien sano de vida perfecta.

La elegancia, el glamour sofisticado nunca la abandonan. Se ve como si no tuviera nada. Es la mujer embarazada con vestido de novia más hermosa que he visto (aunque no haya visto a nadie). Su sonrisa es radiante y sus ojos destellan la felicidad que emana. Ni siquiera el respirador en su nariz y el suero siendo arrastrado a su lado le quitan el brillo.

Kathy y su madre hicieron un perfecto trabajo con la organización, no parece que estuviéramos en un hospital. Si no fuera por los doctores y enfermeros que están presentes supervisando que todo vaya bien con Rose, olvidaría que esto es un hospital.

La ceremonia comienza de la mejor manera. La emoción de la familia es palpable. Se desatan lágrimas y veo varios pañuelos. Hanna es una de ellas aunque haya intentado mantener la compostura al principio.

Los niños se aburren cuando el sacerdote tarda tanto pero los entretengo para que no hagan ruido. Ellos habían sido los encargados de tirar los pétalos llevándose varios "aw" de los invitados.

Todo parece un cuento de hadas, las flores, la música, la alegría y algo de tristeza también. Los votos son preciosos. Zander jura amarla para toda la vida y le repite las palabras a su vientre también jurando casarse con su bebé. Rose llora y dice lo que puede ya que la tos la toma. Pero no se deja vencer y termina sus votos, haciendo llorar a Zander cuando dice algo de regalarle su corazón y alma.

Yo también me emociono y Aaron me da un pañuelo de su saco sin mirarme, mantiene sus ojos en su hermana y quisiera saber que es lo que está pasando por su cabeza. Acaricio su brazo y baja la cabeza.

—Estará bien—le susurro y asiente aunque sé que no se lo cree.

Sé que no es fácil para él entregar a su hermanita, verla irse poco a poco y no lo digo por Zander, si no por la enfermedad. Sé el esfuerzo que hace por no romperse en pedazos todos los días. Quisiera llevármelo lejos del dolor y cuidarlo, pero sé que esa no es la realidad y que hay situaciones que debe enfrentar de frente aunque duelan.

El sacerdote los declara marido y mujer y todos aplaudimos, felicitándolos por su matrimonio, mi grupo de amigas y yo somos las encargadas de tirarles pétalos blancos. Ella recibe unos cuantos abrazos pero necesita sentarse. La fiesta comienza y todos se dispersan.

La música suena sobre las conversaciones y me acerco a Rose y Zander para abrazarlos a ambos y desearles mis buenos deseos.

—Se merecen el mundo entero —les digo.

Ni Que Fuera Casualidad [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora