Capítulo 15: Confío en ti.

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MI Rose en multimedia. CADA QUIÉN SE LA IMAGINA COMO QUIERA.

Rose me llevó a un restaurante de esos caros

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Rose me llevó a un restaurante de esos caros. Tiene el mismo gusto que su hermano.

Tomamos asiento en una mesa del medio y el mozo - que Rose ya conocía - nos sirvió el vino de degustación. Rose me ayudó a elegir que pedir y nos decidimos por una ensalada compartida, ya que Rose es vegana, y me pedí unas papas fritas.

Cuando el mozo se fue, observé el lugar. Cuando pasé la vista por la chica frente a mí me detuve a mirarla. Rose es una mujer muy hermosa, su cabello negro parece súper cuidado, tiene unos ojos azules que me recuerdan a su hermano. Puede que esté pálida y delgada, pero eso no le quita lo hermosa que es.

—Zander odia venir a comer conmigo — me dice y ríe sola al recordarlo—. Él es un carnívoro y a mí me da asco ver carne muerta en la mesa.

—¡Mujer! Si lo dices así hasta me haces sentir mal— río.

—Es que no entiendo cómo a las personas les gusta comer animales —dice mientras le da un sorbo al agua.

—¿Siempre has sido vegana?

—Desde que vi un documental de una carnicería a los siete años, si. No volví a comer carne y a los quince me hice vegana porque me dio pena los huevos de las gallinas.

—¿Me disculpas por quitarte el oxígeno? No me siento digna de almorzar contigo. Debería hacerte un monumento o por lo menos una alfombra roja hasta el auto. Eres muy dulce.

Ella se ríe, hasta su risa es perfecta.

—Eres muy graciosa, June.

—Y tú eres muy sabia, deberían existir más personas como tú, con esos pensamientos.

—No todos piensan así. Pero, ¿Tú si comes carne o no?

—Si, intenté dejarlo pero...— tragué saliva— mi padre me obliga a comer eso.

—¿Por qué?

Era un tema delicado que no me gustaba recordar, porque todos esos recuerdos me llevan a una sola persona. Mi ex.

—¿Es complicado?— pregunta cuando no respondo— Está bien, no tienes que decirlo.

—Pero debería, después de todo yo sé algo de ti.

—No sabes qué es lo que tengo ¿o si?

—No, pero...te vi y podría buscarlo en internet— me encojo de hombros como sabelotodo.

—¿No lo...hiciste?

Parecía asombrada por eso.

—Bueno, creí que tú eras la que debía decirlo, no Google.

Se me queda mirando unos segundos, hasta que asiente una vez y sonríe.

—Me...me gustaría decírtelo, pero es...

Ni Que Fuera Casualidad [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora