Capítulo 9: un día pesado

40.5K 3.3K 472
                                    

Emmie y Connor no paraban de reír de mis desgracias

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emmie y Connor no paraban de reír de mis desgracias...

Como siempre.

Como hoy no tenía que ir a la universidad, quedamos en encontrarnos en el bar de Pops, el bar que siempre vamos. Que últimamente lo estamos adoptando como nuestro lugar especial. Aprovechamos que papá estaba haciendo un recado laboral en la ciudad y aún no había terminado.

Había pasado por Bobo a la veterinaria y Emmie pasó por nosotros para traernos aquí. El lugar estaba casi vacío y aprovechamos la solidaridad de Jerry para que nos den la mesa de siempre. El camarero nos sirvió los licuados y comencé a contarles lo desgraciada que estaba siendo la naturaleza al ponerme de jefe a Aaron Larken. Lo que menos quería en la tierra era que él fuera mi maldito jefe. Ya era suficiente con que sea el hijo de Jackson Larken.

—No entiendo porqué te preocupa tanto que sea tu jefe, podrías pedirle lo que quieras y podrían follar en la oficina— opina Connor.

—Estoy de acuerdo con el medio gay. Si el lunes pasado quiso besarte, probablemente quiera volver a hacerlo, así que puedes usar eso a tu ventaja y conseguir lo que quieras en el trabajo —lo apoya Emmie.

—¡Yo no quiero eso! —me quejé. Jerry me entregó el alfajor de maicena que le pedí, porque quería ahogar mis penas en azúcar.

—¿Tú qué opinas, Jerry?—le pregunta Connor interesado por su opinión.

—¿Sobre qué?

—Ay, no te hagas, sé que escuchas todo —lo regaña Emmie.

Él sonríe inocente y asiente.

—Creo que no debería usar un pene para conseguir lo que quiere.

Alcé las manos como si hubiera anotado un punto.

—¡Jerry, eres mi nuevo crush! ¡Toma asiento, carajo!—me hice a un lado para dejarle espacio.

—Estoy trabajando —me recuerda.

—Y una mierda, tú estás de mi lado así que te sientas.

Él no quiso contradecirme, se sentó junto a mí y los otros dos quedaron al frente.

—La cuestión es esta—me acomodé el cabello detrás de las orejas para explicar mi trágica situación—. Aaron Larken es el hombre más ardiente con el que estuve y me gustaría volver a probarlo. Pero que sea mi superior es un impedimento, porque eso complicaría todo. Quiero llegar a superarme por mí misma, no por acostarme con mi jefe.

Ni Que Fuera Casualidad [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora