Capítulo 35: Daños colaterales

30.6K 2.7K 304
                                    

Dedicado a JNAYE17
Mil gracias por leer, comentar y votar
❤️🙏

Dedicado a JNAYE17Mil gracias por leer, comentar y votar ❤️🙏

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Auch.

Abrí los ojos tan lentamente que parecía que no podría ver jamás. Pero cuando mis párpados estuvieron abiertos del todo, los volví a cerrar de golpe por la luz. Ash, odio cuando hay tanta luz, ¿Con qué necesidad?

Miré a mi alrededor, cama de hospital, paredes blancas, ventanas totalmente abiertas, monitor cardiaco. Oh, no, un hospital.

Fui recordando todo y el motivo por el que estaba aquí. Oh no, qué horror. Miré para todos lados asustada, ¿A dónde se fue? ¿No me golpeará más? Estaba paranoica. ¿Y si aparecía otra vez?. Me desesperé y comencé a tantear la cama con los dedos para encontrar el aparato donde puedo llamar a algún médico o enfermera. Algo, Alguien, quién sea.

Auch.

Mi abdomen duele. Mis costillas, todo mi cuerpo en realidad. Cada extremidad de mi cuerpo.

Cuando encontré el botón lo apreté y esperé impaciente unos cuantos segundos. «Vamos, vamos, no tarden». A los pocos segundos dos enfermeras entraron a la habitación y sonrieron al verme despierta. Se acercaron a la cama y monitorearon mis signos y que estuviera bien, una de ellas se encargó de llamar a un médico.

—June, estás en el hospital Memorial, sufriste agresión física. El doctor Preston vendrá pronto, no te asustes.

Asentí y traté de respirar con calma mientras ellas me quitaban el tubo que me ayudaba a respirar. A los minutos llegó el doctor.

—Señorita Blair, me alegra verla consciente.

—¿Que...?— carraspeo al sentir mi garganta seca —Quiero irme de aquí.

—Lo sé, lo sé, pero lamentablemente no puede, tiene dos costillas rotas y hematomas por el abdomen, brazos, piernas y cara, necesita descansar, se quedará un día más para que podamos tener un control de sus signos vitales de cerca —explica.

No me gusta estar en los hospitales, es decir, internada, no me agrada la idea de ser paciente. Pero no puedo irme, no tengo quien me cuide en casa si pido irme de todas formas, no voy a permitir que Emmie sea mi enfermera y obviamente no hay nadie más en quién puedo pedirle ese favor. Al menos que contrate a alguien.

—¿Qué es lo que tengo? ¿En cuanto podré irme?

—Como ya le dije está en observación, la policía vendrá a hablar con usted más tarde.

¿La policía? ¿Y yo para qué quiero a la policía?

«Una denuncia, estúpida»

Oh sí, eso.

—Tengo que informarle datos de su salud, pero creo que ahora sería prudente que descanse.

—Está bien, luego me dirá.

Ni Que Fuera Casualidad [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora