Ni Que Fuera Casualidad [#1]

Capítulo 49: El día del juicio. [Parte 1]

Dedicado a JACQUI_PENSAMIENTOS
Gracias por leer ❤️ espero que disfrutes está historia tanto como yo lo hago escribiendo.

—Shh —tapo su boca para que sus gemidos no se escuchen—no hagas ruido.

Ella me tapa la boca y sigue brincando sobre mí como más me gusta.

Era sabido que no íbamos a aguantar mucho. Ocho días se sintieron como ocho meses para mí y volver a tenerla cerca fue un detonante. No iba a perder la oportunidad de tenerla una vez más. Ella tampoco se negó mucho la verdad.

Mis manos aprietan su trasero y levanto su camiseta para besar sus pechos.

—Hay niños en la casa —jadea con mi lengüetada.

—Y una anciana —agrego tirando de su pezón.

Mi derrame llega dentro de ella y ella me empapa con el suyo. Se apoya en mi hombro aguantando los espasmos del orgasmo que ambos tenemos y acaricio su espalda. Volver a tocarla se siente como tocar el cielo. Dejo un beso en su hombro y ella acaricia mi cabello, sus caricias me gustan.

—Esto no cambia nada, Aaron.

—Lo sé.

Se levanta y se va al baño bajándose la ropa y con sus bragas rosadas en la mano. Apoyo mi espalda en el respaldo y mi cabeza cae hacia atrás mirando al techo, respiro hondo y escondo mi miembro en mi pantalón.

La quiero, joder. Quiero que esté conmigo, pero sé que lo mejor es que estemos separados hasta que cada uno solucione sus problemas.

En dos días tengo el juicio de Violett y eso me tiene de los pelos. Mi abogado y el tío de Juniper lograron tapar mi error con el malnacido de Lucian. Ruego que el abogado de Madelyn no se entere de la denuncia o me pondría en la cuerda floja.

Juniper vuelve del baño pero se detiene a mitad de camino cuando la llaman por detrás.

—¿June?— reconozco la voz de mi niña y veo como Juniper se tensa.

—Hola hadita, ¿Qué haces despierta?

—Tuve una pesadilla.

—Oh, nena, ven aquí —me agrada la forma en la que trata a mi hija y eso es un problema para mi autocontrol.

Desaparece por el pasillo y vuelve cargando a Violett sobre su pecho. Me mira pero va a su sillón negada a sentarse en el que minutos atrás tuvimos sexo.

—¿Papi?

—¿Qué soñaste, amor?— me siento a su lado y nos abraza a ambos cuando comienza a llorar.

—Soñé que te ibas y nunca volvía a verte y June nos dejaba para siempre —llora asustada y la abrazo más fuerte aunque eso también implica llevar a Juniper contra mí.