Capítulo 72: Un FINAL para la familia feliz

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—¿Papi, puedo invitar a Charlie a una pijamada?— me pide Violett desde el asiento trasero mientras vamos rumbo a su escuela

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—¿Papi, puedo invitar a Charlie a una pijamada?— me pide Violett desde el asiento trasero mientras vamos rumbo a su escuela.

—¿Cuándo?

—Hoy o tal vez la semana que viene, porque mañana no vamos a poder— recuerdo que vamos a ir al cine a ver la dichosa película.

—La semana que viene.

—De acuerdo.

—¿Y yo puedo invitar a Luca? Es mi amigo —me pregunta Ethan.

—Puedes invitarlo, pero tengo que hablar con sus padres antes.

—Bien.

Estaciono en la escuela de Violett y se desabrocha el cinturón para estirarse y besar mi mejilla.

—Adiós—se despide y corre a la entrada donde su amiga Charlie la espera. Las dos juntas se van y me giro para sacarle el cinturón a Ethan.

Le abro la puerta y la maestra jardinera me saluda desde lejos mientras mi hijo baja del auto y cierra la puerta. Chocamos los puños por la ventana.

—Adiós, papá— agarra su mochila con las dos manos y se va dando brincos hasta la maestra, cosa que no llega a hacer porque tropieza y se va de boca al suelo. Estoy a punto de bajar cuando veo que la maestra lo socorre y se ríen. Me saluda y me voy con el ogro bebé a la guardería.

Lo cargo hasta adentro y la señora que siempre está con él y los demás bebés se me acerca.

—Hola, ¿Cómo está, señor Larken? Hace mucho que no lo veo por aquí.

—Bien —respondo simplemente e intento bajar a Mateo pero se aferra a mi cuello —Hijo, tengo que irme. Volveré en un rato.

Comienza a llorar y me desconcierta, él nunca lloró por quedarse aquí, es más, hasta nos echa a Juniper y a mí. Pero hoy está más bebé normal que nunca.

—Mami— pide y me acuclillo— quelo mami.

—Mamá está trabajando. Debes quedarte aquí ahora, tengo cosas que hacer donde no puedes estar. Volveré más tarde.

—¡Mamá!— llora más fuerte y quiere volver a agarrarse de mí.

Me quedo con él para calmarlo y cuando se duerme es cuando me puedo ir. Probablemente, llore cuando vea que no está en casa y ni su madre ni yo estamos cerca, pero a la reunión que debo asistir no puede ir, son personas importantes que estarán sobre él como depredadores y sé lo reacio que es a la gente. Es mejor que se quede conviviendo con los demás bebés normales, además, solo será un rato.

Voy a mi reunión y cierro un contrato con una empresa para hacer su logotipo. Me afano por irme y voy con mis patrocinadores para acordar mi proyecto, estoy abriendo centros de estudios artísticos y estoy muy pendiente de todo lo que pasa. Por fin puedo llevar a cabo este proyecto que tanto he querido hacer.

Ni Que Fuera Casualidad [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora