Capítulo 37: Ser sólo tres.

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Í K E R

Di un par de golpes a la puerta de Alex. Esperé unos segundos, pero no obtuve respuesta así que decidí entrar.
Al abrir me encontré con su habitación sumergida en la penumbra. Cerré la puerta detrás de mi y me encaminé hacia el ventanal para correr las cortinas. En cuanto la luz del sol iluminó el dormitorio me di cuenta del desastre en el que estaba hecho Alex. Su cuerpo yacía recostado bajo un bulto de cobijas, había ropa, fotos y demás cosas tiradas por todos lados. Pero lo que más llamó mi atención fue un marco que descansaba boca abajo sobre su mesa de noche.

Me acerqué en silencio y lo tomé para verlo de cerca. Era una fotografía de Alex y Pau, la primera de ellos dos juntos si no me equivoco. Era de cuando Pau recién había cumplido los tres meses de haber llegado a casa. En la foto ella vestía el mameluco blanco con el que el tío Agus la había encontrado. Alex traía uno igual pero de color café.
En ese entonces ellos apenas y se conocían, pero ya parecían tan cómodos el uno con el otro. Aunque a decir verdad a nadie le extrañó el vínculo inmediato que formaron. Después de todo el tío Agus y el tío Maxi iban a casi todos lados juntos llevándolos a ellos consigo. Alex y Pau pasaban más tiempo entre ellos que con el resto, se volvieron inseparables y gracias a sus padres eso no había cambiado conforme crecían. No era algo que nos molestara al resto de los chicos, a decir verdad. Porque a pesar de que estábamos acostumbrados, nunca nos dejaban de lado cuando nos reuníamos todos.

Tal vez por eso ahora que ella no estaba se nos hacía todo muy extraño. Era raro no ver a ese par juntos, nunca habían estado tanto tiempo separados el uno del otro. Y a pesar de que a mi también me hacía falta por ser una de mis amigas más cercanas, prácticamente mi hermana, con Alex era mucho más que eso. Le hacía falta su compañera de vida y que la estuviesen dando por muerta, siendo que él había estado enamorado de esa niña desde los cinco años -aunque él recién se hubiese dando cuenta- lo hacía mucho peor.
Incluso podría decir que era el más afectado luego de la tía Caro y el tío Agus.

Volví a dejar la foto sobre la mesita de noche. Moví a Alex para levantarlo pero solo obtuve un quejido como respuesta.

-Vamos a desayunar Alex, sé que no estás dormido-Le quité la cobija de la cara pero volvió a arrebatarmela para volver a cubrirse.

-No tengo hambre. Ve tu-Respondió cortante.

Me senté a un lado de él, en el borde de la cama y suspiré hondo viendo cómo se enredada nuevamente con las cobijas.

-Alex, te entiendo...-Su murmullo bajo las mantas me interrumpió.

-No, lo haces.

-Escucha-Le arranqué las mantas de encima para verlo a la cara. Me regresó la mirada con los ojos más rojos e hinchados que azules e ignoré por un momento sus ojeras-Sé que nuestra relación con Pau era distinta. Tu cariño a ella iba más allá del de amigos casi hermanos. Pero a pesar de que yo también la extraño estoy intentando mantenerme fuerte por ella. Es lo que ella querría, ¿No crees?

Se sentó con la espalda recargada en la cabecera de la cama y tomó la fotografía que yo había visto hace un momento.

-¿Crees que ella habría dejado que te descuidaras de esta manera?-Tragó saliva con dificultad y negó en silencio con la cabeza.

-No. Habría venido a sacarme aunque fuera a empujones de mi habitación. Me habría dicho que dejara de aislarme, que si no quería hacerlo por mi, lo hiciera por ella. Sabía que solamente de esa manera aceptaría. O en todo caso me habría acompañado hasta que me sintiera listo para salir por mi propia cuenta. Pero ¿Sabes qué? Eso no va a ocurrir. Ella no vendrá a hacerlo porque nadie sabe donde está. Puede ser que esté herida, triste, con frío, con hambre y quien sabe qué más, pero nadie hace nada. Es más fácil darse por vencidos y darla por muerta-Una gota cayó sobre el cristal de la fotografía, pero él rápidamente la secó, al igual que su mejilla.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora