Capítulo 11: Reencuentro con amigos.

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C A R O L I N A

Me armé de valor como pude y finalmente deslice la puerta de cristal. Di un par de pasos con cautela, con Pau y los chicos detrás de mi.

El corazón me latía casi tan deprisa como aquel primer día en el set. Estaba emocionada, pero también nerviosa. Porque volvería a ver a mis amigos, pero había pasado diez años separada de ellos.

Tenía miedo de que las cosas hubiesen cambiado. Que ya nada fuera como lo había sido antes. Que nuestro vínculo se hubiese roto con el paso del tiempo y no tuviera arreglo.

No me di cuenta de que me detuve abruptamente a solo dos pasos de la puerta, hasta que sentí una mano posarse con tiento sobre mi hombro. Rápidamente reconocí de quien era.

—No te preocupes, mentalmente siguen teniendo veintitantos.

Las palabras que susurró Agustín cerca de mi oído fueron justo lo que necesitaba para relajarme. Reí sutilmente mientras asentía y retomé mis pasos, hasta que llegué al frente a una gran mesa de madera en medio del jardín.

Allí estaban todos. Juli, Lena, Ori y los trece chicos con los que compartí tres años de mi vida, grabando prácticamente todos los días. Al verlos a todos ahí, juntos, miles de recuerdos me bombardearon: las giras, los shows, los talleres, las bromas, los detrás de escenas, las salidas, las risas, las crisis preconcierto.

—Hola, chicos.

Todos dejaron de hablar contre sí y giraron hacia mi rápidamente. Parpadee nerviosa mientras jugaba con mis dedos y observaba sus reacciones con atención.

Poco a poco, sus rostros perplejos se fueron convirtiendo en sonrisas. Fue entonces cuando por fin comprendí que no había nada de qué preocuparse.

Eran prácticamente mi familia.

Solté el aire que había estado reteniendo en mis pulmones y por fin pude respirar tranquila.

Las primeras en reaccionar fueron Male y Valu, quienes corrieron efusivas hacia mi para abrazarme. Me dejé envolver por sus brazos, pero esos dos pares no tardaron en convertirse en cuatro, seis, ocho y diez.

Un instante después, ya todos se encontraban a mi alrededor, abrazándome con emoción, diciéndome lo mucho que se alegraban de verme y cuánto me habían extrañado. Incluso Maxi, Agustín y Pau se habían terminado por unir al gran abrazo grupal.

—Bueno, ya. Sentemonos y dejemos que Caro hable, sino la van a terminar sofocando.

—Vamos. Mike. Tú casi la dejas sin aire.

—No te enceles, rubia. Sabes que tú eres la única dueña de mi corazón y de mi tarjeta de crédito—Valentina rió, golpeándolo en el hombro. Yo sólo los observé con sospecha sin decir nada.

Finalmente terminamos por obedecer a la sugerencia de Mike. Todos volvieron a sentarse en donde estaban hace un momento. Maxi, por su lado, tomó asiento junto a Ori y a mi no me quedó de otra más que colocarme entre él y Agustín, ya que Pau se perdió en el interior de la casa nada más separarse del abrazo de hace unos momentos.

—¿Y bien? ¿Qué nos cuentas? ¿Qué te trae de regreso? Aunque, bueno antes que nada, nunca nos contaste porqué te fuiste—Preguntó Karol nada más sentarme.

Tragué saliva con dificultad y abrí la boca en busca de algo que decir, sin embargo, no me salió nada coherente.

—Ah, sí. Sobre eso, yo...—Mordí el interior de mi mejilla, sin saber que responder.

—Ay, bueno ya. Tampoco la atosiguen así. Acaba de llegar, ya habrá tiempo para que nos cuente todo—Giré mi rostro hacia mi derecha y le sonreí agradecida a Agustín.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora