Capítulo 29: Una familia feliz.

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A G U S T I N

Llevábamos más de diez minutos sentados en la sala, viendo el sobre sellado sobre la mesa de cristal frente a nosotros. Mi pierna temblaba inquieta. Los dedos de Pau golpeaban suavemente su rodilla, ansiosos. Pero ninguno se atrevía a dar el primer paso, a pesar de que nos moríamos por saber el resultado. Puede que fueran los nervios, el miedo de que tal vez nos hayamos ilusionado en vano.

-Deberíamos abrirlo-Alcancé a escuchar el murmullo de Pau a mi lado.

-Sí-Respondí, pero no me moví, sino que seguí observando el sobre.

-Llevamos días esperando este momento-Sentí su mirada sobre mi.

-Sí-Tomó aire tras mi respuesta y suspiró profundamente.

Lo siguiente que vi fue que se levantaba del sillón, tomaba el sobre con ambas manos y me lo ponía sobre las piernas. Levanté la mirada por primera vez, hacia ella, que me miraba de pie frente a mi. Su mirada era determinada, pero sus dedos se retorcía entre sí con nerviosismo, esperando a que lo hiciera.

-Terminemos con esto de una vez-Dijo en voz baja.

Tomé aire mientras asentía y tomaba con manos temblorosas el sobre. Miré a Pau una última vez, quien asintió con una sonrisa en la cara para animarme a abrirlo. Y así lo hice. Rasgue el sobre y saqué la hoja aún doblada con los resultados. Comencé a darle una leída rápida, hasta que llegué a la parte que más nos importaba.

El corazón casi se me detetiene al leer esa simple palabra.

Subí la mirada rápidamente hacia Pau, quien me miraba expectante. Luego volví a la hoja para releer por si había visto mal. Pero no, el Positivo seguía ahí.

"Resultado: Positivo.
Nombre: Paulina Bernasconi.
Padre: Agustín Bernasconi."

-¿Y? ¿Qué dice?-Preguntó Pau en un hilo de voz.

Volví a mirarla, esta vez con con los ojos cristalizados y una sonrisa enorme en mi rostro. Solté el aire entre los dientes y una risa se me escapó.

-Positivo. Llevas la sangre Bernasconi en las venas.

No sabría cómo describir su reacción. No estaba seguro de si estaba sorprendida, emocionada, confundida o las tres cosas. Vi cómo se quedaba perpleja varios segundos, hasta que logró asimilar lo que acababa de decirle. De ahí en adelante, no volvió a dejar de sonreír ni de chillar emocionada.

-¡Oh, por Dios!! ¡No lo puedo creer! ¡Eres tú, tú eres mi papá!-Comenzó a gritar entusiasmada, mientras yo reía al verla saltando por toda la sala.

-Sí, cariño. Eres mi hija-Me acerqué y me agaché frente a ella para sujetar su rostro entre mis manos-Pero no olvides que siempre lo has sido y lo seguirías siendo aunque esa prueba hubiese salido negativa.

-Te amo... papá-Sonrió con lágrimas en los ojos y la abracé al ver que sus labios comenzaban a temblar. Sus brazos me apretaron con fuerza mientras yo susurraba contra su oido:

-Te amo, hija-Dejé un pequeño beso sobre su cabeza antes de separarme de ella y sonreírle con ternura.

-¡Ay por Dios, estoy tan feliz! ¡Soy yo, yo siempre fui Paulina, su hija! ¡Caro y tú son mis papás y...!-Sus brinquitos se detuvieron abruptamente y su boca de abrió.

-¿Qué...?

-¡¿Y mi mamá?! ¡Tenemos que contarle a mamá! ¡Mi mamá! ¡Mía! ¡¿Puedes creerlo?! ¡Tengo mamá!-Sonreí enternecido ante su emoción.

Y aunque en mi cabeza aún había dudas sin resolver, piezas que aún estaba tratando de encajar y cosas que tenía pendientes por aclarar, decidí que por hoy solo me enfocaría en lo feliz que me hacía el que mi niña al fin tuviese a quién llamar mamá, esta vez de verdad.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora